Brasil: al día siguiente de la victoria de Lula, el extraño silencio de Jair Bolsonaro


Jean-Claude Gérez (corresponsal en Brasil), editado por Romain Rouillard

Desde el anuncio de la victoria de Lula en las elecciones presidenciales de Brasil, el presidente y candidato saliente, Jair Bolsonaro, sigue sin pronunciarse. Un silencio que intriga y preocupa, aunque el líder ultraderechista no parece tener libertad para cuestionar los resultados.

El silencio ensordecedor de Jair Bolsonaro desafía al Brasil. Tras los resultados de las elecciones presidenciales, ganado por cabeza corta por su oponente Lula, el presidente y candidato saliente aún no se ha pronunciado. Si bien muchos jefes de estado internacionales -incluidos emmanuel macron – envió sus felicitaciones a Lula, el silencio de Jair Bolsonaro da rienda suelta a varias hipótesis. Incluida la de una posible ofensiva preparada por el líder ultraderechista para impugnar los resultados.

Sin embargo, Alexandre Moraes, presidente del Tribunal Supremo Electoral, dijo que telefoneó a Lula y Jair Bolsonaro el domingo por la noche. Este último lo habría recibido de manera “educada y tranquila”. Una actitud reservada que contrasta con las decenas de bloqueos de carreteras levantados tan pronto como los camioneros anunciaron los resultadosen apoyo al presidente saliente, golpeado por un pelo.

Jair Bolsonaro, aislado políticamente

Al mediodía se identificaron en el país más de 80 tranques, en su mayoría compuestos por llantas quemadas. Jair Bolsonaro ingresó al palacio presidencial el lunes por la mañana alrededor de las 9 a.m. Si no hay una reunión oficial en su agenda, muchos simpatizantes políticos aún deberían intentar unirse a él.

Sin embargo, es poco probable que Arthur Lira, el poderoso presidente de la Asamblea Nacional, sea uno de ellos. Aunque ferviente apoyo de Jair Bolsonaro, hizo una breve aparición el domingo por la noche frente a las cámaras para felicitar a Lula y reconocer la validez de los resultados. Sobre todo, subrayó indirectamente el aislamiento en el que se encuentra hoy el ahora expresidente de Brasil. Un aislamiento político que podría disuadirlo de impugnar los resultados.



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