Cuarenta y cuatro civiles murieron y varias personas resultaron heridas cuando dos aldeas en el noreste de Burkina Faso, cerca de la frontera con Níger, fueron atacadas por «grupos terroristas armados», en la noche del jueves 6 al viernes 7 de abril, anunció el sábado el gobernador de la región del Sahel. Treinta y una personas murieron en Kourakou y trece en Tondobi, dijo el teniente coronel Rodolphe Sorgho.
El gobernador aseguró que «Las acciones para estabilizar la localidad están en marcha después de [une] ofensiva liderada por las Fuerzas de Defensa y Seguridad (FDS) que permitió incapacitar a los grupos terroristas armados que perpetraron dicho ataque”. Este doble atentado se produjo en localidades situadas a cinco kilómetros de Seytenga, localidad fronteriza con Níger, desolada en junio de 2022 por un atentado reivindicado por la organización Estado Islámico en el Gran Sáhara que dejó 86 muertos. El teniente coronel Sorgho también invitó el sábado a las poblaciones locales «unirnos con las FDS y [à] alistarse como voluntarios para la defensa de la patria a fin de participar en la defensa de sus respectivas localidades”.
Burkina Faso, en particular su zona norte, está atrapada desde 2015 en una espiral de violencia atribuida a grupos yihadistas vinculados a Al-Qaeda y la organización Estado Islámico, que han matado a más de 10.000 civiles y militares según informes de ONG, y unos 2 millones de desplazados internos.
El país está gobernado desde septiembre por el capitán Ibrahim Traoré, quien llegó al poder en un golpe de Estado, el segundo en ocho meses. El Sr. Traoré había anunciado en febrero su «determinación intacta» para luchar contra los yihadistas, a pesar de la multiplicación de los ataques.
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