La versión de 1994 de Oley Sassone de «Los Cuatro Fantásticos» nunca estuvo destinada a ser vista. Durante años se rumoreó que la película, realizada por sólo un millón de dólares, se hizo simplemente como una forma para que New Concorde, el estudio de Roger Corman, conservara los derechos. Si uno posee los derechos de una propiedad de entretenimiento de moda, tiene que hacer una película o un programa de televisión antes de cierto tiempo, o esos derechos volverán al propietario original. Esta es la razón por la que Universal hace películas de monstruos aproximadamente cada década: tienen que aferrarse a esa dulce, dulce propiedad intelectual del Hombre Lobo. (El rumor sobre la situación de los derechos en torno a «Los Cuatro Fantásticos» fue confirmado por Stan Lee en una edición de 2005 de Los Angeles Magazine).
La realización y el estreno estancado de la película «Los Cuatro Fantásticos» se habló en profundidad en el documental de 2015 «Doomed!: The Untold Story of Roger Corman’s Fantastic Four».
Sin embargo, debido a que los Cuatro Fantásticos eran una propiedad tan popular, la película finalmente se filtró al público y ahora se puede encontrar fácilmente en línea. Uno podría resistirse a ver la película de Sassone porque, bueno, es muy, muy barato. Los disfraces parecen baratos (a pesar de la Cosa), los efectos son baratos y la fotografía es barata.
Y sin embargo… tenía algo. El guión, de Craig J. Nevius y Kevin Rock, captura el lenguaje superlativo de los cómics originales, dando la impresión de que esta rareza de bajo presupuesto en realidad está alcanzando la grandeza. Esa no es una cualidad que posean ninguna de las otras películas más caras de los «Cuatro Fantásticos». El intento de tocar las estrellas con sólo unas monedas hace que la película sea fascinante y entretenida. Es cursi, pero está bien. Los cómics originales son cursis.
Es más, el Dr. Doom (Joseph Culp) tiene un aspecto increíble.
Es el mejor. En realidad.