Calanques: gracias a las cuotas, la naturaleza va recuperando poco a poco sus derechos


En el corazón de la Calanque de Sugiton, habitualmente a menudo superpoblada, los cormoranes se lo toman con calma. “Es increíble, tenemos un par de cormoranes, que están ahí porque la Calanque está tranquila. Hay menos ruido, hay menos gente”, testimonia Alain Vincent, delegado para la acción territorial del parque nacional de las Calanques. En todas partes aquí, la naturaleza reclama silenciosamente sus derechos. Los pinos jóvenes vuelven a su forma natural. “Es un cuenco de esperanza. Hace diez años que están todos tumbados y ahí levantan la cabeza gracias a la ausencia de pisoteos”, continúa Alain Vincent. Además, los suelos están reverdeciendo lentamente de nuevo. “Antes de la instalación de estas pequeñas barreras y antes de la instalación de la filtración, era todo este espacio el que estaba pisoteado. No había pasto ahí”muestra Alain en el informe TF1 13H anterior.



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