Cambio de hora: pero además, ¿no debería borrarse?


«¿Ganamos o perdemos una hora este domingo?» La eterna pregunta volverá a surgir este fin de semana. En la noche del 29 al 30 de octubre, a las 3 de la mañana serán las 2 de la mañana. Si la transición al horario de invierno se introdujo en la década de 1970 en Francia y se armonizó en 1998 en toda la Unión Europea, sin embargo ha sido cuestionada durante varios años en el Viejo Continente. En 2019, los diputados de la Unión Europea votaron a favor de abolir el cambio de hora. Sin embargo, en 2022, los franceses siguen dando cuerda a sus relojesy seguramente seguirá haciéndolo en 2023. Europa 1 explica por qué.

Una propuesta alejada de las prioridades de la Unión Europea

Inicialmente, el cambio de hora se implementó principalmente con el propósito de lograr ahorros de energía tras la crisis del petróleo de 1973 y los precios altísimos del oro negro, mientras que Francia se calentaba principalmente con fuel oil. Si un estudio publicado en 2010 por laAgencia de Transición Ecológica (Ademe) señala los impactos positivos en las emisiones de CO2, otros estudios apuntan a la ineficiencia del dispositivo hoy en día y muchos ciudadanos cuestionan su beneficio.

En 2018, la Comisión Europea lanzó una consulta pública en toda la UE, con el 84% de los encuestados a favor de abolir el cambio de hora. En 2019 se validó un borrador de directiva. La directiva fue adoptada oficialmente por el Consejo a finales de 2020. Sin embargo, el momento era malo: la crisis sanitaria ligada al Covid-19 relegó los problemas del reloj a un segundo plano. Seguro su sitio webel gobierno francés incluso sugiere que el proyecto ha caído prácticamente en el olvido: «Este texto sobre el final del cambio de hora ya no está en la agenda y no debería ser discutido en un futuro próximo».

La UE lucha por alinear sus manos

Después de la COVID-19esta aquí guerra en ucrania quien casi apoyó la idea. Pero si estas crisis han mantenido ocupada a la Unión Europea, no es el único obstáculo para acabar con el cambio de hora. El procedimiento también es complejo y administrativamente engorroso: a partir de ahora, los Estados miembros deben consultar y ponerse de acuerdo para alinear sus relojes, con el fin de mantener el buen funcionamiento del mercado interior. Si Francia, España o Italia prefieren mantener el horario de verano, los países del norte de Europa abogan por mantener el horario de invierno. Un verdadero dolor de cabeza.

Hace tres años, el Parlamento Europeo planificó una aplicación de la medida en 2021. A día de hoy, no se ha encontrado un consenso y la directiva sobre el cambio de hora no parece estar preparada para triunfar.



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