Campeones de la NBA otra vez: el renacer de los Golden State Warriors


La regeneración habrá durado tres años. El 13 de junio de 2019, la rodilla izquierda de Klay Thompson cedió -rotura del ligamento cruzado anterior-, y siguiendo su retaguardia, los Golden State Warriors se desplomaron en casa. Presente por quinto año consecutivo en las finales de la NBA, el equipo de la Bahía de San Francisco vio coronarse a los Toronto Raptors por primera vez en su historia. Comenzaba entonces un oscuro paréntesis para el equipo insignia de la liga norteamericana de baloncesto de la última década.

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Ganadores, jueves 16 de junio, del sexto juego de la final de 2022, en la cancha de los Boston Celtics (10390), los Warriors ganaron el séptimo título de la NBA en su historia (cuatro victorias a dos). El cuarto desde 2015 para la escuadra dirigida por Stephen Curry.

“Volviendo a este nivel [de la compétition]después de lo que he pasado… no cambiaría eso por nada del mundo”, había saboreado a Klay Thompson al final del partido 5, colocando a su equipo a una victoria de la coronación. La trayectoria del trasero All-Star encarna a la perfección la de su equipo. Desde hace dos años, el tirador ha multiplicado las galeras, encadenando dos grandes lesiones. En desventaja por esta ausencia, combinada con la del maestro para jugar Stephen Curry y la salida de la otra estrella, Kevin Durant, los Warriors se hundieron. Y registró el peor récord de la liga durante la temporada 2019-2020, fragmentado por la pandemia relacionada con Covid-19.

La estructura de los Warriors, versión 2022, sigue siendo la misma: en el banquillo sigue en pie Steve Kerr y acaba de conseguir un cuarto anillo de campeón como entrenador, tras los cinco cosechados como jugador; el triunvirato de Stephen Curry, Klay Thompson y Draymond Green sigue siendo el denominador común de cada una de las finales disputadas desde 2015. Pero a excepción de los tres All-Stars -y Kevon Looney y Andre Iguodala- todos los demás jugadores eran neófitos.

El conjunto californiano ha sabido aprovechar los años de pan negro para completar su plantilla, y hacerla madurar. Por el draft, primero -esa selección donde, cada año, los equipos seleccionan a los mejores jóvenes en función de sus resultados anteriores-, pero también por intentar apuestas en el mercado de fichajes. Ex número 1 del draft y decepcionante gran esperanza del baloncesto mundial, el canadiense Andrew Wiggins se ha derretido así en el molde desde que dejó Minnesota rumbo a la Bahía de San Francisco.

“Trato de hacer todas las pequeñas cosas que hacen ganar un juego. Es todo. Ya sea anotando, reboteando, defendiendo… Todo lo que me piden que haga, lo hago».insistió el jugador tras el quinto partido de la final.

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En el molde de los Spurs

Un núcleo duro forjado por el draft, una aleación de estrellas leales a su equipo y jugadores de turno, y atemperado por una dirección con las ideas claras; el modelo evoca otra «dinastía» de la NBA: los San Antonio Spurs. Entre su primer título, en 1999, y el último, en 2014, el equipo del francés Tony Parker acumuló cinco coronas y permitió al técnico Gregg Popovich erigirse en maestro de toda una generación de técnicos. Este año, los entrenadores de los finalistas, Ime Udoka en Boston y Steve Kerr en Golden State, aprendieron sus habilidades del entrenador tejano, quien este año se convirtió en el entrenador más exitoso de la Liga.

“Es un modelo que a todo el mundo le gustaría seguiraseguró Steve Kerr en marzo. Combinas una gran estabilidad dentro de la organización, un excelente desarrollo de jugadores y bastantes decisiones astutas. » Antes de calificar: “Pero para que todo encaje en su lugar, se necesita mucha suerte. Incluso si es el modelo, es realmente difícil volver a lanzar todo lo que han hecho. »

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Antes de los Warriors, solo los Spurs habían conseguido, en los últimos treinta años, incorporar con éxito nuevos talentos a un núcleo ya ganador. La forma en que el joven fullback Jordan Poole se ha integrado en la plantilla de California en tres años, hasta el punto de convertirse en uno de sus puntales -y primo de los «hermanos Splash», Stephen Curry y Klay Thompson, por su capacidad para sacar tres -tiros puntuales- trae a la mente las incorporaciones de Kawhi Leonard o, más atrás, Tony Parker, a la escuadra de Texas.

El jugador de los Golden State Warriors, Klay Thompson, prueba suerte en el Juego 6 de las Finales de la NBA en Boston el 16 de junio de 2022.

Al igual que los Spurs, los Warriors no se precipitaron a la hora de plantearse la secuela en 2019, tras la marcha de la estrella Kevin Durant (a los Brooklyn Nets). En lugar de reunir un arsenal de estrellas, como los «súper equipos» establecidos en Los Angeles Lakers o los Nets, para capitalizar los mejores años que le quedan al trío Curry, Thompson y Green, los Warriors han reconstruido una fuerza laboral capaz de ganar. a largo plazo y de inmediato.

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Stephen Curry, líder “regulado como un reloj”

En 2015, Steve Kerr, entonces principiante, aseguró que «el juego brillante» desarrollado por los Spurs constituido «la quintaesencia de lo que [qu’il] investigó con su equipo”. Sus hombres demostraron este año que no habían perdido ese ADN, hecho de movimiento perpetuo y fuerza colectiva, plasmado en el lema «fuerza en los números» («strength in numbers»).

Al final de la temporada pasada, cuando los Warriors acababan de ser eliminados durante la «jugar en» (fase de presas que precede a los playoffs), Stephen Curry había advertido: “No querrás vernos el próximo año. » Una inspiración profética para el líder de la Bahía de San Francisco, quien anunció el regreso de su equipo.

Él mismo hizo suyo el traje de jefe de la selección californiana. A sus 34 años, considerado el mejor tirador de la historia de la Liga, es un jugador más completo que nunca, escurridizo por tierra y cada vez más efectivo en defensa. «Es una anomalía»dijo de él su compañero Draymond Green, señalando que aún cuando la superestrella Kevin Durant jugaba para los Warriors, “todo empezó con Steph”. Un equilibrista, con una sonrisa y una ética de trabajo contagiosa, a quien a su entrenador le gusta comparar con Roger Federer, por su entusiasmo diario y su lado «regulado como un reloj».

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Campeón por cuarta vez y finalmente MVP de las Finales, Curry ha vuelto a las alturas de la NBA. Y dada la juventud de gran parte de la plantilla y el juego desplegado, es una apuesta segura que el año que viene tampoco, los otros 29 equipos de la liga no querrán cruzarse demasiado en el camino con los Warriors.

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