China está lanzando importantes ejercicios militares alrededor de Taiwán para castigar a los “separatistas”.


Beijing reacciona con enojo a la toma de posesión del presidente de Taiwán, Lai Ching-te, a principios de semana.

Un avión de combate taiwanés está listo para despegar en el aeropuerto militar de Hsinchu el jueves.

Carlos García Rawlins/Reuters

La respuesta no tardó en llegar. El lunes había El nuevo presidente de Taiwán, Lai Ching-te, en su discurso de toma de posesión Pidió a China que ponga fin a su intimidación política y militar contra Taiwán. El jueves por la mañana, las fuerzas armadas chinas iniciaron importantes maniobras alrededor de la isla.

De acuerdo a Comunicado de prensa del Comando Regional Oriental responsable del Ejército Popular de Liberación, las maniobras bajo el nombre «Joint Sword-2024A» durarán dos días. Participan unidades de la Armada, la Fuerza Aérea, el Ejército y las Fuerzas de Misiles. Se designaron como zonas de entrenamiento zonas del Estrecho de Taiwán, pero también el este y el norte de la isla. Además, las fuerzas armadas de China están activas en torno a cuatro archipiélagos taiwaneses que se encuentran a sólo unos kilómetros de la China continental.

La maniobra es una advertencia a Taiwán

Las maniobras pretendían ser una advertencia clara a las “fuerzas separatistas de la independencia de Taiwán” y a las “fuerzas externas de interferencia y provocación”, dijo.

El Ministerio de Defensa de Taiwán dijo que había puesto en alerta sus propias fuerzas aéreas, marítimas y terrestres en respuesta al ejercicio chino. Esté preparado para todas las eventualidades. No buscan la confrontación, pero no la rehuirán si llega el momento, dijeron. La oficina presidencial de Taiwán calificó de «lamentable» que China esté amenazando la democracia y la libertad de Taiwán, así como la paz y la estabilidad en la región mediante provocaciones militares unilaterales.

Pekín no quiere renunciar a la violencia contra Taiwán

Lai se comprometió con el status quo en su discurso del lunes, lo que significa que no declarará la independencia formal de Taiwán. Siguió en términos generales las políticas de su predecesor, Tsai Ing-wen, quien dimitió después de ocho años. Lai dijo que la República de China -como se llama oficialmente Taiwán- y la República Popular China no están subordinadas entre sí.

Esta es simplemente la realidad, pero no deja de ser una provocación para quienes están en el poder en Beijing. Porque ven la isla como parte de su territorio. En repetidas ocasiones dejan claro que no quieren descartar la posibilidad de tomar Taiwán por la fuerza. Maniobras como la del jueves subrayan este mensaje.



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