China se mantiene optimista sobre su crecimiento en 2022


Debido al Covid-19, por tercer año consecutivo, el primer ministro Li Keqiang realizó el viernes 11 de marzo la conferencia de prensa que clausura la sesión anual del Parlamento chino. Una señal de que la epidemia no ha terminado en China, la víspera se identificaron más de 1.000 casos positivos: 1.090 exactamente. La cifra nunca había sido tan alta desde el confinamiento de Wuhan, en 2020. El viernes, Changchun, una ciudad de 9 millones de habitantes, en el norte del país, incluso fue confinada a su vez.

Otra gran incertidumbre, por supuesto, es la «crisis de Ucrania», como dicen los chinos. Sobretodo, «sanciones que dañarán la economía global y no benefician a nadie», explicó el primer ministro, más rápido para criticar a los occidentales que a Rusia.

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A pesar de todo, Li Keqiang está convencido: China podrá lograr un crecimiento de«alrededor del 5,5%». Una cifra que es a la vez baja -nunca en treinta años Pekín se había fijado un objetivo tan poco ambicioso- pero superior a lo pronosticado por los institutos económicos internacionales. En 2021, el gobierno chino había sido muy cauteloso y solo había apostado por un crecimiento del 6%, cuando finalmente había llegado al 8,1%. Este año, es todo lo contrario. China ha decidido mostrar al resto del mundo que sigue siendo relativamente optimista. Tanto por razones políticas como económicas.

Una gatita de casi 200.000 millones de euros

Mientras el Partido celebra sus 20y Congreso este otoño, el estado está explícitamente en condiciones de funcionar para que sea un éxito. Su papel es el de “estabilizar la situación macroeconómica, asegurar que la economía opere dentro de márgenes razonables y mantener la estabilidad general de la sociedad. En resumen, hacer todo lo posible para inaugurar brillantemente el 20y congreso del partido, declaró el Primer Ministro el 4 de marzo, abriendo la sesión parlamentaria. Un «cueste lo que cueste» con características chinas.

“El gobierno hará todo lo posible para mantener la estabilidad económica y, en consecuencia, política”, explica Willy Lam, experto de la Fundación Jamestown. En particular, abriendo de par en par las compuertas del crédito. En 2022, la cantidad de transferencias financieras de Beijing a los niveles administrativos locales aumentará un 18 %. Un porcentaje récord, para alcanzar la suma global de 9.800 millones de yuanes (1.410 millones de euros). Si bien el gasto estatal aumentará un 3,9 %, Li Keqiang planea reducir el déficit al 2,8 % del producto interno bruto (PIB), menos que en 2021, mientras reembolsa a las pymes alrededor de 1.500 millones de yuanes de ingresos del IVA.

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