Con el calentamiento global, Jean-Pierre Levisage observa una migración de plancton desde España hasta Morbihan. Esta es la angustia de los ostricultores: tan pronto como se detecta un virus, se prohíbe la venta de mariscos por decreto de la prefectura.
“La pregunta que nos hacemos es ¿A qué temperatura subirá el agua y cuáles serán las consecuencias para nosotros, para nuestra profesión y para nuestra producción, para nuestros mariscos?«explica Mickaël Le Joubioux, criador de ostras en la bahía de Quiberon.