Alemania no tiene fuerza militar ni poder blando, pero tiene una industria que suministra al mundo automóviles y máquinas de alta calidad. Ahora, sin embargo, China está comenzando a sacar el bote porque aprende rápido y actúa de manera eficiente.
Hace unos meses, Alemania se preparó para un invierno severo. Después de que Rusia cortó el suministro de gas natural a Europa y los precios se duplicaron con creces, se advirtió al público sobre cortes de energía. Por ejemplo, algunas ciudades planeaban convertir las instalaciones deportivas en «salas de calefacción» para los pobres y los ancianos, y los medios especularon sobre el racionamiento de energía. Pero estas predicciones no se cumplieron. Ante un desafío histórico, Alemania ha demostrado ser más resistente de lo que muchos creían.