Cómo afecta la exposición al ruido a nuestra salud


Vivimos en un mundo cada vez más ruidoso, sin siquiera ser necesariamente conscientes de ello. La paralización de actividades, impuesta por los diferentes periodos de confinamiento durante la crisis sanitaria, ha concienciado a los citadinos del ruido que nos invade. Las grandes y ruidosas ciudades se habían convertido, durante un tiempo, en un universo más tranquilo.

El ruido se define como un sonido al que se le asigna un valor negativo, experimentado como una agresión sensorial e incluso física. Su percepción es muy subjetiva, con una dimensión cultural, simbólica… Por tanto, no somos iguales ante este fastidio.

Oro, “El cerebro necesita silencio para regenerarse. Es una necesidad fisiológica básica. El ruido es una molestia que no se tiene suficientemente en cuenta, mientras que es un problema de salud pública”alertaba el neurocientífico Michel Le Van Quyen, investigador del Inserm, en nuestras columnas de abril de 2020, en una entrevista conjunta con David Le Breton, antropólogo y sociólogo.

Lee la entrevista: Artículo reservado para nuestros suscriptores Contención: “La exposición al ruido y al silencio es muy desigual”

“El sistema auditivo ha sido diseñado, desde el neandertal, como un detector de peligros y un canal de comunicación privilegiado para el lenguaje, pero no para el ruido, los periféricos, los conciertos de música comprimida”, explica Jean-Luc Puel, director del equipo de audición Inserm y profesor de la Universidad de Montpellier. Por el contrario, la ausencia de ruido sería «un nuevo lujo, la capacidad de encontrar maravillas en la vida cotidiana»también dice el explorador noruego Erling Kagge (Unos gramos de silencioFlammarion, 2016). Habla la filósofa Cynthia Fleury la falta de silencio que impide pensar, el silencio como factor de bienestar «. Las desigualdades sociales también existen en esta área, ella evoca la noción de “ruido para los pobres y silencio para los ricos”.

La percepción del ruido evoluciona; El 78 % de los habitantes de Ile-de-France está preocupado. Lo sitúan como el cuarto gran inconveniente de vivir en Ile-de-France, tras el coste de vida, la inseguridad y la contaminación. A un nivel que además se acerca al de la contaminación del aire, según una encuesta realizada en línea por Crédoc para Bruitparif, en noviembre de 2021, entre 3.000 habitantes de Ile-de-France. “El malestar experimentado varía mucho según el contexto y el origen del ruido. El transporte (principalmente el tráfico rodado) y el barrio siguen siendo las dos principales fuentes de molestia vinculadas al ruido en el hogar, con fuertes desigualdades sociales en la exposición”, observa Fanny Mietlicki, directora de Bruitparif, una organización responsable de medir la contaminación acústica en Ile-de-France. De hecho, la encuesta Crédoc informa que los residentes buscan cada vez más espacios tranquilos.

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