cómo los jóvenes aficionados del OM cultivan la Liga de Campeones de Marsella


No vivieron en directo el gol de Basile Boli, ni las atajadas de Fabien Barthez, un portero intratable ante el ataque del AC Milan. No participaron en la celebración que incendió el Puerto Viejo, ni en el regreso triunfal de los futbolistas y su presidente, Bernard Tapie, al Stade-Vélodrome, “taza de orejitas” en mano. El 26 de mayo de 1993, simplemente aún no habían nacido. O demasiado joven para sentir la euforia que se apoderó de la ciudad cuando el Olympique de Marseille (OM) firmó en Múnich (Alemania) la primera victoria francesa –y la única hasta la fecha– en la Champions League (1-0).

Lea el archivo de 1993: Artículo reservado para nuestros suscriptores Marsella en la portería: OM campeón de Europa de fútbol

Treinta años después, mientras el OM se prepara para celebrar con estilo el aniversario de su hazaña, estos seguidores ahora forman la mayoría en las gradas del Stade-Vélodrome. Según cifras del club, el 55% de los espectadores o abonados de los partidos de la temporada 2022-2023 son menores de 34 años. Son más de 30.000 personas por partido, en este estadio de 67.000 asientos, lleno -o casi- desde agosto.

Lo que hace el victoria en Munich para estas nuevas generaciones de aficionados? ¿Esa estrella dorada bordada sobre el logo del club? Este eslogan bravata, «Por siempre el primero» ? «Es legendario. El momento más grande en la historia de OM, asegura Franck Ferrucci, con sus brillantes ojos azules sobre su barba castaña. Nacido en Marsella en febrero de 1992, este pedagogo especializado apenas superaba el año cuando Didier Deschamps, capitán de un OM preparado para el combate, levantó la Copa de Europa contra las estrellas del «gran Milán», presidido por Silvio Berlusconi. «No tengo ningún recuerdo de él y, sin embargo, es ultra presente, el fundador de lo que OM es hoy, insiste este marsellés de nacimiento, abonado del Stade-Vélodrome desde hace diez años. Es un referente en el que todos están de acuerdo, nuestro cemento. Cuando pienso en eso, nos veo como griegos en la proa de sus barcos, espada en mano, listos para conquistar. »

» Memoria colectiva «

» “Por siempre el primero”es algo que escuchas en todas las comidas familiares», confirma Emma Rebuffat, de 21 años. Esta joven rubia, alternante en una fábrica de alimentos, tenía solo un año cuando sus padres la inscribieron en el turno sur. La final de 1993, la descubrió de adolescente, durante una retransmisión televisiva: “Lo vi con mis abuelos. Era una locura ver lo emocionados que estaban todavía. El Marsella siempre ha sido un apasionado del fútbol, ​​pero desde esta victoria algo es diferente. Esto juega con la forma en que los viejos transmiten su amor por OM a los jóvenes. »

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