Cómo se prepara la reforma de la escuela secundaria profesional


En plenas vacaciones de verano, hay una reforma en la educación que sigue dando que hablar: la del bachillerato profesional. Emmanuel Macron y «tuya[t] mucho «, como repitió durante su entrevista televisiva del 14 de julio. El Presidente de la República trazó las líneas maestras de su proyecto al incluirlo en “la batalla por el pleno empleo”. El objetivo es mejorar la integración de los jóvenes que han pasado por estos establecimientos y atender mejor las necesidades laborales de las empresas. Se trata también de promover sinergias entre este itinerario escolar y el mundo del aprendizaje, de modo que los dos sistemas jueguen la carta de la complementariedad.

Desde la creación del “bac pro” en 1985, son innumerables los gobiernos que, de derecha e izquierda, han puesto en marcha el proyecto. “La actualización de la formación profesional es una eterna renovación”, recuerda el historiador Vincent Troger. La reforma más reciente se puso en marcha en 2018-2019. El objetivo ya era abrir la formación de aprendices en todos estos establecimientos y hacer “Profesionales de Harvard”, según la fórmula de Jean-Michel Blanquer, entonces Ministro de Educación Nacional. Una apertura que permanece, en esta etapa, circunscrita.

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Pero esta vez, el enfoque lanzado por Macron pasa, simbólicamente, por un cambio de liderazgo político. La reforma está a cargo de Carole Grandjean, ministra delegada encargada de la educación y formación profesional. El posicionamiento del puesto adquiere una dimensión inédita: Myo Grandjean está bajo la doble supervisión de Olivier Dussopt, ministro de Trabajo, Pleno Empleo e Integración, y Pap Ndiaye, su colega a cargo de la educación nacional y la juventud.

Estudiantes de secundaria en gran dificultad

Esta innovación no ha escapado a la atención de unos 65.000 profesores de formación profesional. Sus sindicatos reaccionaron de formas contrastantes. El Snetaa-FO saludó a un «símbolo fuerte», recordando que era necesario remontarse a 2001 para encontrar, en la persona de Jean-Luc Mélenchon, un ministro delegado que se dedicara por completo al tema. Por su parte, el Snuep-FSU estimó que un » Línea roja « acababa de cruzarse, denunciando el riesgo de que un tercio de los 650.000 alumnos matriculados en estos establecimientos perdieran su condición de escolar para pasar a la de aprendiz -sujeto a la relación de subordinación a un jefe-.

La voluntad del Jefe de Estado se basa en la observación de que, a pesar de las reformas anteriores, muchos estudiantes de secundaria en la vía profesional se encuentran en grandes dificultades y luchan por encontrar un trabajo después de su educación. Además, este sector, muchas veces asociado a un lugar de relegación, se ha convertido en un sector de servicios, hasta el punto de encontrarse desfasado con las necesidades de nuestra economía.

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