Con inteligencia artificial, el campo de Macron quiere reproducir la división entre populistas y progresistas


Philippe Aghion lo tiene en mente 2001: Una odisea en el espacio, la película de Stanley Kubrick, y este momento en el que el ordenador Hal 9000 toma el control de la nave espacial. Pero al comienzo del año escolar 2023, al economista le gusta poco la ciencia ficción. Desde el 19 de septiembre copreside el comité de expertos en inteligencia artificial (IA), creado por la primera ministra Elisabeth Borne, cuya misión es presentar en un plazo de seis meses “propuestas concretas” para adaptar el “estrategia nacional” de Francia.

Mientras este comité interministerial se encarga de explorar los posibles efectos de esta nueva tecnología, tan fascinante como aterradora, sobre el empleo, las desigualdades y la felicidad en el trabajo, el profesor del Collège de France aborda su tema con una mirada “Optimismo churchilliano”, él dijo.

Consciente de los peligros de la IA, el exprofesor de Harvard prevé, en seis meses, mostrar sobre todo el alcance de los beneficios de esta tecnología y reducir su potencial de provocar ansiedad. “Tenemos menos miedo a algo cuando lo conocemos mejor”, le explica a Mundoasegurando no haber escuchado a Jordan Bardella hablar sobre el tema en la primavera.

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El gran interés del presidente de la Asamblea Nacional (RN) por la IA, que el joven de 28 años presenta como “el desafío más vertiginoso de nuestro siglo”sin embargo, desconcertó al gobierno. “El hombre tendrá en sus manos, en la economía del conocimiento, el poder de los dioses: colonizar el cosmos, realizar la selección embrionaria, regular la genética. Francia debe regular e innovar”. La protegida de Marine Le Pen argumentó en BFM-TV el 2 de abril.

“Preparando a las clases trabajadoras”

Hasta ahora, Macronie era el único, o casi, que había abordado políticamente este tema. En 2017, Emmanuel Macron, defensor de la “nación start-up”, encargó al matemático Cédric Villani un informe sobre esta tecnología que podría causar una conmoción comparable a la invención de la imprenta o de Internet. En aquel momento, Francia, al igual que Europa, fue superada por los gigantes digitales. Es inexistente en las redes sociales. Ausente en el mercado de teléfonos inteligentes y en los motores de búsqueda. Hay que correr detrás de los frikis californianos y de los cerebros chinos para lograr rápidamente la aparición en suelo francés de campeones de la inteligencia artificial con mucho dinero público: se ponen sobre la mesa 1.500 millones de euros.

Seis años después, la llegada de ChatGPT, un software capaz de respaldar una conversación en línea con posibilidades deslumbrantes, impulsó la IA al espacio público, trayendo consigo su cuota de teorías sobre la superación del hombre por la máquina. El llamado a una » romper » en el desarrollo de la IA, firmado en marzo por el multimillonario Elon Musk y cientos de expertos, destacando “grandes riesgos para la humanidad”, alimentan estos temores.

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