Corinne Maier, escritora y psicoanalista: “Como madre, necesitas distancia, indiferencia, no te importa”


Dentro ¡Yo primero! Manifiesto por el egoísmo femenino (L’Observatoire, 160 páginas, 18 euros), en las librerías este 31 de enero, Corinne Maier dedica tres capítulos a los niños: el primero nos invita a atrevernos a no tener ninguno (no es realmente una sorpresa para quien publicó en 2007 Ningún niño, en Mijalon); el capítulo siguiente ordena, si uno se ha negado a seguir el consejo anterior, negarse a ser una buena madre; y el tercero recomienda cuidar al máximo a tus pequeños.

“Estar veinte años concentrando tus fuerzas en criar a un hijo no es razonable”sostiene el autor y psicoanalista, que también trabajó durante mucho tiempo como economista, ya que “El tiempo es uno de los pocos activos que nunca podrás aumentar hagas lo que hagas”. En cuanto al precepto de ser madre perfecta, señala que su generación logró llegar a ser adulta, y con buena esperanza de vida, sin haber sido amamantada, sin ir a bañistas ni a actividades de aprendizaje temprano, y sin comer enlatados.

A sus 60 años, Corinne Maier admite haber roto todas estas reglas. Tiene dos hijos, un hijo de 27 años y una hija de 29 y, al criarlos, admite haber tenido “Preferí el altruismo cobarde a la valentía del egoísmo liberador”.

Lea también la columna: Artículo reservado para nuestros suscriptores. Parentología: hartos de la madre perfecta

¿La primera vez que te sentiste madre?

Sencillamente en el momento del parto. Me sentí responsable de otro ser humano durante décadas.

¿Alguna vez has llorado delante de tus hijos?

Sí, una vez, cuando murió mi tío, a quien quería mucho. Debían tener 6 y 8 años. Estaba junto a ellos cuando me enteré. Estaba llorando aunque casi nunca lloro.

¿Lo peor que les has dicho a tus hijos?

Un día le dije a mi hijo: “¡La educación que te dimos es un fracaso! » Lo acababan de expulsar de la escuela nuevamente. Hay que decir que a mi hijo no le resulta fácil encajar, le cuesta integrarse. Varias veces tuvimos que cambiar de establecimiento. Ya no podía soportar las negociaciones con los equipos docentes. Le dije con enojo. Debo admitir que fue un poco duro.

¿Lo peor que te han dicho tus hijos?

Un día que estaba ordenando mis archivos en grandes archivos de oficina, mi hija, que debía tener 8 o 9 años, me dijo: “Cuando estés muerta, quemaré todos tus archivos. » Me preguntaba por qué me había dicho eso. Digerí el asunto diciéndome que tenía razón: cuando los padres mueren, hay que saber limpiar. Además yo mismo avanzo tirando o dando…

Te queda el 70% de este artículo por leer. El resto está reservado para suscriptores.



Source link-5