Como parte de un rebrote de la epidemia de Covid-19 en ciertas regiones, China ha puesto en confinamiento a 1,7 millones de habitantes en la provincia de Anhui (este), donde el lunes 4 de julio se reportaron unos 300 nuevos casos de la enfermedad. Beijing está adoptando un enfoque duro con respecto al virus, con grandes campañas de pruebas, cuarentenas obligatorias y bloqueos tan pronto como aparecen algunos casos.
La renovada epidemia en Anhui llega en un momento en que la economía china se está recuperando lentamente del confinamiento de Shanghái, levantado a principios de junio después de varios meses. Dos condados de la provincia, Si y Lingbi, han anunciado cierres que afectan a más de 1,7 millones de personas. Solo pueden salir de sus casas para hacerse la prueba.
La emisora pública CCTV transmitió imágenes de calles vacías en el municipio de Si durante el fin de semana, con residentes haciendo cola para hacerse su sexta prueba de PCR en unos días. El lunes, el Ministerio de Salud informó 287 nuevos casos en Anhui, lo que eleva el total a más de 1.000 en la provincia en los últimos días.
El gobernador provincial Wang Qingxian instó a las autoridades a “implementar la detección rápida” así como la cuarentena y la notificación de casos lo antes posible.
Centros de cuarentena
El lunes, la provincia vecina oriental de Jiangsu también reportó 56 nuevos casos en cuatro ciudades. Las fotos que circulan en las redes sociales muestran a cientos de personas vestidas con trajes protectores completos haciendo cola en Wuxi, una ciudad de Jiangsu. Parecen estar esperando para subirse a los autobuses para llegar a los centros de cuarentena.
Algunas fotos muestran a bebés vestidos con ropa protectora azul, cargados en hombros por personas que arrastran maletas y esperan afuera de un hospital bajo un calor sofocante. En Wuxi, las temperaturas han alcanzado los 36 grados en los últimos días.
El número de casos sigue siendo muy bajo en China en comparación con la gran mayoría de otros países. Pero las autoridades tienen la intención de limitar la circulación del virus tanto como sea posible debido a los recursos médicos limitados en algunos lugares y la tasa relativamente baja de vacunación entre los ancianos.
Sin embargo, esta estrategia pesa mucho sobre la economía china. La única relajación notable tomada en las últimas semanas por las autoridades: la cuarentena a la llegada al país ahora se reduce a diez días, contra al menos veintiuno antes.