Tailandia entró el miércoles 19 de julio en una nueva fase del enfrentamiento entre la coalición progresista resultante de las elecciones del 14 de mayo y las fuerzas conservadoras del reino: estas últimas despidieron definitivamente al candidato al puesto de primer ministro Pita Limjaroenrat, que tuvo que abandonar el Parlamento al final de la sesión, sin que pudiera tener lugar una segunda votación (la primera tuvo lugar el 13 de julio). La calle podría tomar el relevo, levantando el fantasma de los enfrentamientos que la «tierra de las sonrisas» ha vivido en muchas ocasiones en el pasado, cuando el ejército se desplegó allí para poner fin a las manifestaciones, tres de las cuales desembocaron en derramamiento de sangre, en 1976, 1992 y 2010.
Una marea naranja de simpatizantes de Move Forward, el partido de «Pita», como lo llaman los tailandeses, se formó en el centro de Bangkok el miércoles por la tarde alrededor del Monumento a la Democracia, levantando tres dedos en señal de protesta, un símbolo adoptado durante las manifestaciones contra el golpe militar de 2014 de una monarquía constitucional, y se había ceñido con una pancarta blanca en la que se leía, en tailandés e inglés: “Pita es el consenso del pueblo ». En redes sociales, Arnon Nampa, figura de la protesta antimonárquica, cuestionó la posibilidad de «formar un gobierno con Pita como primer ministro fuera de las instituciones»si los bloqueos persistieron.
Antes de dispersarse al final de la velada, los manifestantes prendieron fuego a un ataúd blanco, símbolo del virtual “funeral” de los 250 senadores designados por la ex junta militar y cuya participación es imprescindible, junto a la de los 500 diputados recién elegidos, para designar al Primer Ministro. En efecto, volvieron a jugar su papel de candado al servicio de los generales, al rechazar, el miércoles, una moción de la Asamblea para someter a votación del Congreso la candidatura de «Pita».
Este último había sido inhabilitado en plena sesión parlamentaria por el Tribunal Constitucional tailandés, que dictó su fallo sobre el caso de la no declaración por parte de «Pita», durante las anteriores elecciones legislativas, en 2019, de participación en un canal de televisión, iTV, que no emite desde 2007. “Creo firmemente que Tailandia ha sufrido una profunda transformación y nunca volverá a ser lo que era antes del 14 de mayo. El pueblo ya obtuvo una victoria a medias, falta la otra mitad”, declaró el Sr. Limjaroenrat antes de depositar su placa de diputado sobre el escritorio y salir del hemiciclo, con el puño en alto, entre los aplausos de los diputados de su coalición. Instó a sus compañeros parlamentarios a “seguir utilizando el Parlamento como plataforma para satisfacer las necesidades de los ciudadanos”.
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