Crisis de los submarinos: Australia pagará 555 millones de euros al grupo industrial francés Naval Group por incumplimiento de contrato


Este es sin duda el epílogo de una grave crisis diplomática. Australia pagará una indemnización de 555 millones de euros al industrial Naval Group para poner fin financiero al asunto de los submarinos franceses, anunció el sábado 11 de junio el primer ministro australiano, Anthony Albanese.

El grupo francés, de participación mayoritaria del Estado francés, y del que Thales también es accionista en un 35%, ha aceptado “acuerdo justo y equitativo” de 555 millones de euros, declaró el nuevo jefe de Gobierno, por la ruptura, el pasado otoño, de un gigantesco contrato que había provocado una crisis diplomática entre París y Canberra.

En un comunicado de prensa publicado el sábado, Naval Group también precisó que había firmado «un trato justo que pone fin al futuro programa de submarinos de Australia» con Canberra, sin dar más detalles. El grupo no menciona una cantidad en su breve comunicado de prensa, pero especifica que tiene «acompañado» sus socios y subcontratistas franceses y australianos en sus esfuerzos. Finalmente, agradece a quienes han avanzado «durante más de cinco años» este programa finalmente abortó.

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«Esperar»

Por su parte, el ministro francés de las Fuerzas Armadas, Sébastien Lecornu, declaró el sábado » tome nota « de este acuerdo. “Este acuerdo es importante porque nos permitirá abrir una nueva página en nuestra relación bilateral con Australia y mirar hacia adelante”dijo el ministro a los periodistas en Singapur.

La CFDT, la primera organización sindical del Grupo Naval, lo ve como un desenlace feliz. “Es una buena noticia que termine con bastante rapidez, en lugar de entrar en un litigio que podría durar años”, juzgó David Robin, representante sindical central en Cherburgo, en el Canal. Desde la terminación del contrato, “nos recuperamos bien” y “Tampoco nos desesperamos por tener otro contrato de exportación como el que tuvimos para Brasil, India, Malasia”agregó.

En septiembre de 2021, el entonces primer ministro australiano, Scott Morrison, puso fin repentinamente a lo que se había llamado el «acuerdo del siglo»un acuerdo aprobó, en 2016, con el fin de adquirir doce submarinos franceses, por un importe de 50.000 millones de dólares australianos (unos 35.000 millones de euros, en ese momento), de los cuales unos 8.000 millones para Naval Group y empresas francesas.

Fue el contrato de defensa más grande jamás otorgado por Australia, para reemplazar su flota, con la primera entrega prevista para el año 2030. El presupuesto luego se disparó hasta alcanzar los 90 mil millones de dólares (56 mil millones de euros).

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Incertidumbre sobre la recepción del dispositivo

Pero Morrison finalmente había anunciado que su país compraría submarinos de propulsión nuclear estadounidenses o británicos, un cambio importante para un estado con capacidades nucleares débiles. Esta decisión se enmarca en la alianza militar Aukus firmada entre Australia, Reino Unido y Estados Unidos.

El jefe del gobierno australiano provocó entonces la ira del presidente francés Emmanuel Macron, quien lo acusó de engaño. Las relaciones entre los dos países permanecieron heladas hasta la elección en mayo del Sr. Albanese, líder del Partido Laborista Australiano.

Este último aclaró que este arreglo se produjo luego de conversaciones con el Sr. Macron, a quien agradeció la forma cordial en que se restablecieron los vínculos entre Australia y Francia. El primer ministro australiano dijo deseosos de responder a la invitación que [lui] hizo el presidente Macron [se] ir a París en la primera oportunidad. En total, el incumplimiento del contrato del submarino francés habrá costado 2.400 millones de dólares a los contribuyentes australianos, dijo su primer ministro.

Una flota envejecida

El contrato del submarino es la pieza central de la estrategia de defensa de Australia contra la creciente influencia de China en la región bajo la presidencia de Xi Jinping. Los submarinos de propulsión nuclear podrían permitir que Australia opere de una manera más sigilosa y disuasoria frente a China.

Pero existe una gran incertidumbre sobre cuándo Australia podrá poseer estos dispositivos. Es poco probable que el primer submarino estadounidense o británico esté en servicio durante décadas, dejando un vacío para Australia, cuya flota actual está envejeciendo.

La elección del proveedor tendrá un impacto económico significativo e implicaciones estratégicas, vinculando estrechamente a la Marina australiana con la de la nación elegida. El exministro de Defensa y actual líder de la oposición, Peter Dutton, dijo esta semana que había decidido obtener suministros de Estados Unidos, una revelación inusual dada la sensibilidad de las negociaciones en curso.

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El mundo con AFP



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