Se estima que 45 millones de británicos se verán obligados a vivir en la pobreza energética y tendrán dificultades para pagar las facturas de energía este invierno, según ha descubierto una nueva investigación.
Dos tercios de todos los hogares del Reino Unido, o 18 millones de familias, se sumergirán en la precariedad financiera en enero debido a la inflación vertiginosa, que ya está en el máximo histórico de 40 años.
Según el estudio sobre pobreza energética de la Universidad de York, la región más afectada será Irlanda del Norte con un 76,3% de familias luchando por llegar a fin de mes, seguida de Escocia con un 72,8%, luego West Midlands (70,9%) y Yorkshire y el Humber (70,6%).
La investigación publicada por el periódico The Guardian afirmó además que el 86,4% de las parejas de pensionistas caerán en la pobreza energética. Los hogares monoparentales con dos hijos más serán los más afectados con un 90,4%.
El secretario de estado en la sombra para el cambio climático y el cero neto, Ed Miliband, respondió al informe pidiendo un congelamiento de los precios de la energía para abordar la “emergencia nacional” de la inflación.
El parlamentario laborista escribió en Twitter: “Estas cifras impactantes muestran la escala total de la emergencia nacional que podría desarrollarse a menos que el gobierno conservador actúe para congelar las facturas de energía.
“Simplemente no podemos permitir que el pueblo británico sufra de esta manera.
“Necesitamos congelar el precio de la energía”.
Se hizo eco de la propuesta del líder laborista Sir Keir Starmer anunciada el lunes de congelar el tope del precio de la energía en su nivel actual de 1.971 libras esterlinas durante seis meses a partir de octubre, ahorrando al hogar medio 1.000 libras esterlinas.
La crisis del costo de vida fue catapultada más arriba en la agenda en la elección del liderazgo conservador, ya que las nuevas cifras mostraron un golpe peor al esperado en julio con la inflación del Índice de Precios al Consumidor (IPC) alcanzando el 10,1%.
La presión se aplicó aún más a los candidatos Tory y al Gobierno el miércoles con la renuncia de la directora de Ofgem, Christine Farnish, quien citó preocupaciones de que el regulador de energía no estaba protegiendo de manera efectiva a los hogares en apuros.
La Sra. Farnish le dijo a The Times que el organismo de control no había «logrado el equilibrio adecuado entre los intereses de los consumidores y los intereses de los proveedores».
El regulador de energía ha enfrentado críticas en los últimos meses por no hacer lo suficiente para proteger a las familias durante la crisis energética mundial.
Se entiende que la renuncia de la Sra. Farnish está relacionada con la decisión de Ofgem de cambiar la metodología del tope de precios para permitir que los proveedores recuperen algunos de los altos costos de “backwardation” de energía más temprano que tarde.