Debilitado, Casino continúa su reestructuración financiera


Paso a paso, como un cliente que empuja resueltamente su carrito de compra de pasillo en pasillo hacia la caja, el grupo Casino sigue el largo camino de las empresas en dificultades. Nueva etapa en este camino plagado de obstáculos, la distribuidora anunció, el miércoles 25 de octubre, la apertura de un procedimiento de emergencia acelerado. El procedimiento de salvaguardia acelerado sólo afecta a la deuda financiera (…) y no tendrá ningún impacto en las relaciones del grupo con sus socios operativos (en particular, sus proveedores y franquiciados) o sus empleados.especifica Casino.

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Es dentro de este marco legal que los acreedores del grupo deberán votar sobre el plan de reestructuración muy reñido. Este plan prevé la conversión en capital de 4,9 mil millones de euros de deuda; Al mismo tiempo, el consorcio que reúne a los empresarios Daniel Kretinsky, Marc Ladreit de Lacharrière y el fondo británico Attestor tomará el control de Casino tras inyectar 925 millones de euros en su capital. Los administradores judiciales Aurélia Perdereau, Helene Bourbouloux y Frédéric Abitbol dispondrán de dos meses, cuatro como máximo, para gestionar esta salvaguardia.

Debilitado por el aumento de tarifas y los malos resultados comerciales, Casino inició un procedimiento de conciliación el 25 de mayo. Las negociaciones llevadas a cabo bajo los auspicios de los conciliadores Aurélia Perdereau y Marc Sénéchal, así como del comité interministerial de reestructuración industrial, permitieron inicialmente firmar un acuerdo de principio, el 27 de julio, entre Casino, los compradores y los acreedores beneficiarios de las garantías. Al comienzo del año escolar continuaron las negociaciones con los acreedores quirografarios, aquellos que no se beneficiaban de la garantía, y que se vieron fuertemente penalizados por el plan de reestructuración.

8 mil millones de euros de deuda

Los acreedores tenían entonces hasta el 17 de octubre para adherirse a un acuerdo conocido como «cárcel», en el que acordaron votar a favor del plan de reestructuración, a cambio de una cuota de afiliación y el derecho a suscribir una ampliación de capital. Suficiente para garantizar de antemano que la votación será generalmente favorable.

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De hecho, el tribunal de comercio organizará las votaciones por clases de activos, es decir, según el tipo de deuda poseída, bono, título subordinado o línea de crédito. Pero, gracias al nuevo régimen de quiebras, el juez tendrá entonces la posibilidad de mezclar los resultados para superar el umbral de dos tercios necesario para validar la aprobación.

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