Discurso del Premio Nobel de la Paz: «La guerra en Ucrania no es una guerra entre dos estados, sino entre dos sistemas: el autoritarismo y la democracia»


Este año, toda Ucrania esperaba ansiosamente el anuncio de los ganadores del Premio Nobel de la Paz. En nuestra opinión, este premio es un reconocimiento a los esfuerzos del pueblo ucraniano, que valientemente resiste los intentos de destruir el desarrollo pacífico de Europa. Este galardón también rinde homenaje al trabajo realizado por activistas de derechos humanos para luchar contra la amenaza militar que se cierne sobre el mundo entero. Estamos orgullosos de que, por primera vez en la historia, el idioma ucraniano resuene durante esta ceremonia oficial.

Hoy recibimos el Premio Nobel de la Paz durante esta guerra iniciada por Rusia, una guerra que ya lleva ocho años, nueve meses y veintiún días. Para millones de personas, los términos «bombardeo», «tortura», «deportación», «campos de filtración» se han convertido en términos comunes. Por otro lado, no hay palabras que puedan expresar el dolor de una madre que perdió a su bebé recién nacido en el bombardeo de una sala de maternidad. Un momento antes, acaricia a su pequeño, lo llama por su nombre, le da el pecho, aspira su olor. Al momento siguiente, un misil ruso reduce todo su universo a nada. Y ahora su amado y añorado bebé yace en el ataúd más pequeño del mundo.

No existe una solución única para todos los desafíos que enfrentamos los ucranianos y el mundo. En varios países, la gente lucha por sus derechos y su libertad en condiciones extremadamente difíciles. Así que hoy al menos voy a tratar de hacer las preguntas correctas, para que podamos empezar a buscar soluciones.

  • ¿Cómo dar sentido a los derechos humanos?

Los sobrevivientes de la Segunda Guerra Mundial ya no son de este mundo. Y las nuevas generaciones tienden a dar por sentados los derechos y las libertades. Sin embargo, incluso en las democracias desarrolladas, las fuerzas que desafían los principios de la Declaración Universal de Derechos Humanos están ganando terreno. El hecho de que los derechos humanos hayan sido garantizados en el pasado no significa que lo serán en el futuro. Debemos continuar, sin descanso, para proteger los valores de la civilización moderna.

La paz, el progreso y los derechos humanos están inextricablemente vinculados. Un Estado que mata a periodistas, encarcela a activistas y dispersa manifestaciones pacíficas es una amenaza para sus ciudadanos, pero también para toda la región y para la paz en todo el mundo. En consecuencia, el mundo debe responder adecuadamente a estas violaciones sistemáticas de la ley. Los derechos humanos deben tener tanto peso en las decisiones políticas como los beneficios económicos o la seguridad, especialmente en el ámbito de la política exterior.

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