Dos meses después de los disturbios, dudas sobre la actuación de la policía


Dos meses después del fin de los disturbios, decenas de comunidades todavía están curando sus heridas. Más de 2.508 incendios o daños a edificios, un centenar de ayuntamientos quemados o dañados, “ataques a cargos electos”, 168 escuelas atacadas: el estallido de violencia tras la muerte de Nahel M., de 17 años, asesinada a tiros en una motocicleta policía de Nanterre el 27 de junio, enfrentó a los municipios más afectados a un verano difícil, marcado por el desuso de cientos de equipos colectivos y por una pregunta persistente: ¿qué lecciones se pueden aprender de tales «acontecimientos» y cómo se gestionaron?

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Desde «comentario» De hecho, en julio se transmitieron a la oficina de Gérald Darmanin varios informes dedicados a la acción de la policía durante los disturbios, procedentes tanto de la policía como de la gendarmería. Sin embargo, el entorno del Ministro del Interior se niega por el momento a informar públicamente y los servicios de comunicación de la policía y la gendarmería no tienen intención de hacerlo. “especificar su alcance exacto o compartir sus conclusiones”.

Entre las vías de reflexión está la perpetuación del uso de unidades especializadas como la Unidad de Investigación, Asistencia, Intervención y Disuasión (RAID), la Brigada de Investigación e Intervención (BRI) o el Grupo de Intervención de la Gendarmería Nacional (GIGN) para frenar Estallidos de violencia urbana. Desde “medios excepcionales”, declaró el Ministro del Interior, en TF1, el 30 de junio.

Según varias fuentes del Ministerio del Interior, actualmente se está estudiando la utilización más frecuente de estas unidades en caso de violencia urbana, pero no es unánime entre los interesados. Movilizar, a riesgo de sufrir lesiones, a operadores de alto nivel cuya formación es larga y costosa, podría resultar contraproducente, y su acción, incluso justificada en situaciones muy degradadas, los alejaría de su misión principal: la lucha contra los más desfavorecidos. formas peligrosas de delincuencia, terrorismo, toma de rehenes por parte de locos.

“Crema de la policía”

“No estamos nada capacitados para este tipo de disturbios, no estamos acostumbrados a esto”, resumió un operador de la sucursal RAID en Marsella bajo custodia policial, citado por Mediaparte, tras la muerte de Mohamed Bendriss, de 27 años, probablemente tras un disparo de un lanzador de balón defensivo. De hecho, los responsables de dos secciones locales de la unidad de intervención policial están hoy implicados, en este caso de Marsella y tras el tiroteo de un puf (munición antidisturbios) en Mont-Saint-Martin (Meurthe-et-Moselle), donde un joven resultó gravemente herido.

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