Todavía no se puede dar la señal de que todo está despejado, pero afortunadamente los peores temores no se han materializado. La pendiente en Hörbranz, de la que se desprendieron cientos de metros cúbicos de tierra y escombros, incluidos árboles, el viernes por la noche, todavía se mueve, pero mucho más lentamente de lo esperado.
Según informan, desde el gran movimiento de tierra del viernes por la noche no se han desprendido grandes masas rocosas del talud, por lo que apenas ha habido una segunda catástrofe. Pero la montaña no se ha detenido. Partes de la pendiente se movieron 50 centímetros el lunes. Un día después, solo se podían medir 25 centímetros. Los expertos habían asumido previamente movimientos mucho más fuertes.
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Esto le da al alcalde Andreas Kresser la esperanza nuevamente de que la granja ubicada directamente debajo del deslizamiento de tierra pueda salvarse. El edificio tiene grietas en las paredes y el piso de varios metros de largo debido al movimiento de la tierra, pero un ingeniero estructural lo revisó y lo encontró habitable. Las carreteras en las inmediaciones también resultaron dañadas.
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El domingo ya se había levantado un bloqueo nocturno, que también había afectado a otras viviendas.