El envío de vacaciones es más fácil este año, pero la tecnología aún está rezagada • TechCrunch


En comparación con el último Durante la temporada navideña de este año, las principales rutas comerciales marítimas están operando relativamente sin problemas, mientras que las tarifas de envío regresan a la Tierra y los puertos mueven carga a un ritmo constante.

Ahora bien, todas esas son buenas noticias para las empresas y los consumidores preocupados por la inflación y que hablan de recesión, pero esas mejoras son engañosas.

Una mirada más profunda revela que las velocidades de envío globales no han vuelto a los niveles previos a la pandemia, y persisten serios desafíos en las cadenas de suministro que presagian problemas aún mayores. Si no actuamos y mejoramos las tecnologías de envío, los atascos que hemos tenido que soportar durante los últimos dos años se volverán comunes.

Nueva temporada, nuevos problemas.

Las mejoras en el transporte marítimo de este año reflejan en gran medida un retroceso en el consumo más que cualquier mejora en la infraestructura subyacente.

Las empresas siguen tardando demasiado en enviar sus productos desde Asia a Estados Unidos o Europa. Si bien es mejor que los retrasos récord que vimos durante el punto álgido de la pandemia, las empresas aún tardan 69 días en enviar mercancías desde China a los puertos de EE. UU., acercándose al doble del tiempo que tomaba antes de la pandemia. Esto está sucediendo en el contexto de una economía más lenta, y la compañía naviera Maersk pronostica una caída del 2% al 4% en la demanda mundial de contenedores este año.

Una serie de otros problemas, tanto nuevos como familiares, están plagando la logística global en 2022, como la volatilidad de los precios del combustible, las negociaciones laborales prolongadas y la escasez de trabajadores.

Mientras tanto, las empresas grandes y pequeñas están señalando problemas. Los gigantes minoristas como Target y Wal-Mart están luchando con la acumulación de inventario antes de la temporada navideña, ya que muchas empresas se vieron afectadas por un aumento en las importaciones que llegaron repentinamente después de que disminuyeron los retrasos en los envíos. Esto reducirá las ganancias y causará malestar entre los inversionistas, al tiempo que creará problemas para las pequeñas y medianas empresas, a las que les resulta difícil reservar espacio en los almacenes que ya están repletos de productos de los grandes minoristas.



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