El error que todos cometemos con los huevos


Fuentes de proteínas, pero también de muchas vitaminas, los huevos son buenos para la salud. Todavía es necesario conocer las reglas para una conservación óptima.

Fritos, revueltos, en tortilla… Hay muchas formas de cocinar los huevos. Los franceses consumen mucho. Según una encuesta de la Interprofesional (CNPO), el 91% de ellos lo consumen al menos una vez a la semana. Pero cuidado, este alimento es frágil, debe almacenarse con cuidado.

Según las recomendaciones de la ANSES, “es fundamental mantener los huevos siempre a la misma temperatura para evitar el fenómeno de condensación de agua en su superficie”. Al contrario de lo que se hace de forma natural, es preferible no guardarlos en el frigorífico. Además, en los supermercados nunca se presentan en la sección de frescos. De hecho, el huevo es sensible a los cambios de temperatura.

Lo ideal es mantenerlos a temperatura ambiente, protegidos de la luz. Además, esto evita la transmisión de olores. De hecho, la cáscara del huevo no es hermética. Colocarlos junto a quesos o cebollas puede alterar su sabor.

ANSES también recuerda que nunca se deben lavar las conchas, aunque contengan impurezas. El riesgo es aumentar la porosidad de la cáscara y permitir así la penetración de microorganismos.

También se debe tener en cuenta que no se deben comer los huevos rotos o agrietados. Por último, cualquier preparación culinaria a base de huevos crudos, como mayonesa o mousse de chocolate, debe conservarse en frío y consumirse en un plazo máximo de 24 horas.



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