El esquilado de Chartres, de la historia a la ficción


En el centro de la foto tomada el 16 de agosto de 1944 en Chartres por el reportero Robert Capa, Simone Touseau, de 23 años, afeitada y marcada con una plancha candente por “colaboración horizontal” en particular.

La humillación de las mujeres rapadas en lugares públicos sigue siendo uno de los peores insultos de la Liberación. Los historiadores estiman en 20.000 los que sufrieron esta expedita «justicia». La mitad de ellos fueron acusados ​​de “colaboración horizontal” – o haber dormido con alemanes. La más conocida de estas escenas degradantes fue fotografiada el 16 de agosto de 1944 en Chartres por Robert Capa, para la revista americana Vida. Una mujer, con la cabeza rapada, la frente marcada con un hierro rojo con una esvástica, abraza a un bebé y camina bajo las burlas de la multitud. La foto se ha convertido con el tiempo en la denuncia más clara de esta venganza ciega, al final de cuatro años de ocupación. Posteriormente se supo que la mujer se llamaba Simone Touseau y que tenía 23 años. Ella había tenido al niño con un soldado de la Wehrmacht.

Es el destino de este personaje que Julie Héraclès, natural de Chartres, trató de interpretar en primera persona del singular en su primera novela, no sabes nada de mi (JC Lattès), que se estrena el 23 de agosto y ya se encuentra en varias selecciones de precios. Ejercicio valiente, incluso peligroso, para colocarse en el campo odiado. Louis Malle, entre otros, lo intentó en 1974, en su película lucien lacombe, haciendo de un joven miliciano su personaje central. Provocó la bronca de las asociaciones de resistencia, acusándolo de legitimar la colaboración, y tuvo que exiliarse en Estados Unidos.

Los testimonios de hoy son más raros y menos vehementes. Este vacío ofrece a Julie Héraclès más posibilidades para recrear la historia de esta mujer, rebautizada como Simone Grivise. Pinta, en un estilo alerta, el retrato de un advenedizo impulsivo, impulsado por la venganza, el interés propio y la necesidad de venganza social. Esta colaboradora sacudida por los acontecimientos nunca parece medir el alcance de sus acciones. “Una mujer libre de temperamento incandescente”, preciso
la contraportada del libro, con la foto de Capa como banner.

Un espejo deformante

A un gran lienzo de hechos comprobados sobre Simone Touseau, la novelista agrega elementos inventados, que cambian la percepción de esta mujer. Simone Grivise aborta durante la debacle, después de haber sufrido la violación y el desprecio sexista y clasista de un joven, Pierre. Él la abandona para unirse a la Resistencia. Ella ingresa a la colaboración por un espíritu de venganza (como Lucien de Louis Malle, por una vez un personaje ficticio). Su madre es alcohólica. Su mejor amiga de la infancia es judía. Simone Grivise intentará ayudar a dos niños rechazados por la buena sociedad en Chartres a causa de sus estrellas amarillas. Incluso salva a un resistente. Estas adiciones imaginarias crean un espejo deformante que Julie Héraclès justifica: “Me tomé muchas libertades con la verdad histórica. Me faltaban elementos para explorar la personalidad de esta mujer, las motivaciones que la empujaron a entrar en la colaboración. La ficción me permitió imaginar las humillaciones que pudo haber sufrido. »

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