Después del gran éxito de la primera película de «El planeta de los simios», buscar un guión para la secuela no fue fácil. Se consideraron varios guiones diferentes y finalmente se descartaron, incluido uno del escritor Rod Serling e incluso el autor original Pierre Boulle, quien escribió un guión sobre una revolución humana que terminó con los simios volviendo a sus orígenes primitivos.
La película final está escrita por el guionista de «Goldfinger» Paul Dehn y dirigida por el prolífico director de televisión Ted Post. Lo que pasa con «Beneath the Planet of the Apes» es que, durante sus primeros 50 minutos, es esencialmente una nueva versión de «El planeta de los simios». Seguimos a un astronauta humano que se topa con la ciudad de los simios y es capturado y torturado por un rato. Demuestra que es inteligente y escapa, aventurándose fuera de la ciudad a la zona prohibida. La gran diferencia es que esta vez seguimos a James Franciscus como Brent, quien es esencialmente un descuento de Charlton Heston: Heston se negó a regresar para la secuela hasta que se le garantizó que su personaje solo aparecería al principio y luego moriría de inmediato.
Aún así, la película tiene algunas cosas buenas, como alegorías políticas e imágenes extrañas contra la guerra: tomas de chimpancés que protestan por la guerra contra los humanos liderada por gorilas con carteles que se parecen mucho a los carteles contra la guerra de Vietnam que se vieron en el momento del estreno de la película. . La escena incluso se filma con cámara en mano para parecerse a un informe de noticias de televisión.
Esta es una película B que no tiene miedo de ser cursi y oscura, audaz y desquiciada. Mientras repite la escena del astronauta que se da cuenta de que está en lo que cree que es un planeta alienígena, el capitán de la nave de Brent lamenta la muerte de todos los que conocía en una escena bastante sombría. Por otro lado, tenemos un grupo de mutantes adorando a un misil fálico.
Pero eso no es nada comparado con el final.