El hijo hace que el padre sea saludable al hacer ejercicio juntos


Rudolf Fleischmann, de 76 años, sufre fibrilación auricular desde hace casi tres años. Varias intervenciones y terapias no tuvieron éxito. “Como ya no podía rendir tan bien, me movía menos. Pero eso solo empeoró las cosas”, dice. Aparentemente, su hijo Bernd tenía a mano la receta adecuada para el tratamiento. Porque el profesor de deportes metió a su padre en la marcha nórdica y hasta le compró dos bastones nuevos para ello. “Ahora caminamos seis kilómetros juntos dos veces por semana. Y me siento mucho mejor ahora”, el padre Rudolf agradece a su hijo.



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