El Tribunal de Cuentas Europeo denuncia numerosos fraudes en la política agrícola común


Sobre el papel, todo está bien, o casi. En realidad, los fraudes contra la Política Agrícola Común (PAC), la mayor partida de gasto del presupuesto de la Unión Europea (UE), son mucho más numerosos de lo que parecen. De hecho, la Comisión, al igual que los Estados miembros, que comparten la tarea de controlar el buen uso de los fondos comunitarios, puede, en ciertos casos, ser permisiva y permitir que los estafadores actúen con impunidad. Este es, en esencia, el mensaje del Tribunal de Cuentas Europeo, que publicó un informe sobre el tema el pasado lunes 4 de julio. La elección del subtítulo de esta publicación, “Es hora de atacar el problema de raíz”, es inequívoca.

Las sumas involucradas son significativas. Como recuerda la institución luxemburguesa, entre 2018 y 2020, cada año por término medio, los pagos directos a los agricultores (generalmente en función de la superficie de suelo agrícola disponible para los agricultores) representaron 38 500 millones de euros, mientras que los gastos vinculados a medidas de mercado (destinados a ayudar determinados sectores) y el desarrollo rural ascendieron a 2 700 millones EUR y 13 100 millones EUR, respectivamente. Durante el período 2016-2020, las irregularidades comunicadas afectaron al 0,09 % de los pagos de la PAC. Esta cifra “no es un indicador directo del grado de fraude, sino más bien de los resultados obtenidos por los Estados miembros en su lucha contra el fraude y otras actividades ilegales en detrimento de los intereses financieros de la UE”señalan los magistrados.

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El informe del Tribunal de Cuentas Europeo se asemeja a un pequeño manual de posibles fraudes que fácilmente pueden escapar al control de la Comisión como de los Estados miembros, tanto éste resulta aleatorio e insuficiente. Descubrimos así que determinados beneficiarios de los fondos comunitarios no respetan las condiciones a las que teóricamente están sujetos, sin que ello les perjudique. Ellos «Omitir información importante o crear artificialmente las condiciones que les permitan cumplir los criterios de elegibilidad y beneficiarse indebidamente de las ayudas de la PAC»podemos leer.

“Cuanto más complejos son los proyectos, mayor es el riesgo”

Así, las ayudas reservadas a las PYME pueden eludirse en favor de empresas más grandes. En Bulgaria, por ejemplo, una investigación de la Oficina Europea de Lucha contra el Fraude (OLAF) reveló que actores agrícolas, que habían alcanzado el límite máximo de las ayudas a las que tenían derecho, obtuvieron fondos comunitarios -alrededor de diez millones de euros- a través de otros agentes aparentemente independientes entidades que, de hecho, estaban bajo su control. En este caso, por tanto, los estafadores han sido atrapados, pero dados los agujeros en las redes de controles europeos, no cabe duda de que muchos de sus compañeros salen ilesos.

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