En Argelia, la disolución de la Liga de Derechos Humanos ilustra la escalada represiva del régimen


“La lógica represiva del régimen ha diezmado cualquier expresión auténtica en Argelia, cualquier iniciativa que se le escape es ahora sospechosa a sus ojos. » Saïd Salhi sabe de lo que habla. Vicepresidente de la Liga Argelina para la Defensa de los Derechos Humanos (LADDH), tuvo que huir de Argel en junio para escapar del vicio que se apretaba implacablemente a su alrededor. Y fue desde su refugio belga donde se enteró, incrédulo, de la disolución de la Liga en forma de documento difundido el 20 de enero en las redes sociales. Fundada en 1985 y habiendo sobrevivido a todas las convulsiones políticas del país, incluida la «década oscura» de los 90, esta emblemática organización de la sociedad civil se ha convertido en el blanco favorito de los partidarios de la restauración autoritaria en curso en Argelia.

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El texto descubierto en las redes sociales informaba de una sentencia del tribunal administrativo de Argel dictada el 29 de junio de 2022 -casi seis meses antes- y de la que entonces no se había informado a la Liga. Le llevó cuarenta y ocho horas autenticar la sentencia. El 22 de enero, la Liga anunció oficialmente que efectivamente había dejado de existir legalmente, denunciando la«continua implacabilidad» apuntándola a través este juicio «extremadamente grave». Y, como por casualidad, al día siguiente se sellaron las oficinas de la Liga en Bejaïa y Tizi Ouzou, entre las más activas de Argelia. El episodio marca una nueva etapa en la escalada represiva en la que está inmerso el régimen para liquidar los núcleos residuales de Hirak, el movimiento de protesta que había movilizado a cientos de miles de personas en 2019 y 2020 a favor de una “Estatus civil y no militar”.

Alrededor de trescientos presos de conciencia están ahora tras las rejas. Decenas de activistas a favor de la democracia han sido citados por la policía para que les sean notificados la prohibición de salida del territorio y la retirada de pasaportes. Además de la Liga, se han disuelto estructuras clave de la lucha democrática en Argelia, como la Rassemblement actions jeunesse (RAJ) o la asociación SOS Bab-El-Oued. A finales de diciembre le tocó el turno a la agencia Interfaces Médias, división que agrupa a Radio M y la revista Magreb emergentepara ser cerrado y sellado, siendo arrestado su periodista fundador Ihsane El-Kadi. “El deterioro de la situación de los derechos humanos en Argelia es más preocupante que nunca”condenaron el 27 de enero en un comunicado de prensa conjunto la Liga (francesa) de Derechos Humanos (LDH), la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH) y la Organización Mundial contra la Tortura (OMCT).

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