En Argelia, para activistas de derechos humanos, exilio o prisión


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Incluso él se fue. El que fue parte de todas las manifestaciones, de todas las marchas, de todas las luchas. El que tomó el micrófono para denunciar el sistema, las detenciones perpetuas de activistas, la tortura en prisión… Saïd Salhi, emblemático vicepresidente de la Liga Argelina para la Defensa de los Derechos Humanos (LADDH) huyó de su país, sin ruido, junio 23 “Nunca pensé en irme de Argelia”respira.

Fue en un rincón perdido de Bélgica, rodeado de avellanos y rosales, donde encontró » la paz « con su esposa y dos hijos (por razones de seguridad, se omite el nombre de las localidades donde residen los testigos). La vida diaria es por fin más serena, pero «El exilio es un desgarramiento», dice con nostalgia. Sus hijas sólo pudieron llevarse un recuerdo de su vida pasada al despedirse de Béjaïa, la capital de la Pequeña Cabilia. Fotos familiares para uno; un juguete para el otro. Se trataba de no despertar la curiosidad de la policía fronteriza. Y para salir como de vacaciones, una pequeña maleta bajo el brazo.

Mientras, el viernes 11 de noviembre, Argelia realiza su Examen Periódico Universal (EPU) en el Consejo de Derechos Humanos de Ginebra, donde se evalúa la situación de los estados miembros de Naciones Unidas, las ONG argelinas denuncian un retroceso sin precedentes de las libertades en el país. Saïd Salhi es el símbolo de este retiro y“un derramamiento de sangre que vive actualmente Argeliareconoce Hakim Addad, cofundador de Rassemblement Actions Jeunesse (RAJ), quien también tuvo que salir del país rumbo a Francia en diciembre de 2020. Periodistas, magistrados, abogados y activistas de derechos humanos se van o intentan irse. El encierro y la represión son tales que no se puede hacer nada sin correr el riesgo de ser arrestado, por lo que nos exiliamos para hablar y actuar desde otra parte. »

“Debemos continuar la lucha”

En Alemania, Reino Unido, Italia, Canadá, España y Francia, por supuesto. Con visado de estudiante o de turista, o, en su defecto, tomando un barco para llegar a las costas ibéricas (según Frontex, más de 13.000 argelinos entraron ilegalmente en España desde principios de año). Según la Oficina Francesa para la Protección de Refugiados y Apátridas (Ofpra), en 2021, 1.514 solicitudes de asilo fueron presentadas por ciudadanos argelinos, 139 recibieron protección. En los primeros nueve meses de 2022, 901 solicitudes de asilo han sido identificados.

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