En Birmania, un monje budista ultranacionalista al servicio de la junta


El monje Ashin Wirathu, predicador del odio de andar por casa color azafrán, está de vuelta. Al igual que otros ultranacionalistas y budistas extremistas, fue cooptado por la junta birmana para movilizar a sus seguidores. Wirathu -seudónimo que significa «héroe»- recibió el título de «Thiri Pyanchi», el máximo honor del país, de manos del general golpista Min Aung Hlaing a principios de enero, durante el aniversario de la independencia.

El 18 de enero, luchó contra la injerencia extranjera frente a una multitud reunida en Hpa-An, la capital del estado de Karen, en el este del país. Un mes después, en la región central de Bago, donde llegó escoltado por camiones militares, el monje animaba a los jóvenes a formar milicias armadas, a “defender al país contra los terroristas”es decir la resistencia que tomó las armas tras el golpe de febrero de 2021.

Galvanizar auxiliares es claramente una de las nuevas misiones de Ma Ba Tha, el movimiento en defensa de la raza y la religión, del que Wirathu fue abanderado a mediados de la década anterior. Agitó entonces el odio contra los comerciantes musulmanes del centro del país, la mayoría descendientes de chinos o indios (el 4% de la población birmana es de fe musulmana).

Diatribas contra Aung San Suu Kyi

La organización extremista, registrada en 2013, fue prohibida por el alto clero de Myanmar en 2017. Luego tomó otro nombre, la Fundación Caritativa Buddha Dhamma. En 2019, Wirathu fue acusada de difamar públicamente a la entonces líder birmana, la exdisidente Aung San Suu Kyi, ahora encarcelada: la acusó, entre otras cosas, de ser «libidinoso» y “mueve tu trasero delante de extraños”.

Su apoyo dentro del ejército le permitió huir. Durante su carrera, continuó en las redes sociales sus diatribas contra la Liga Nacional por la Democracia (NLD), el partido de Ma mí Suu Kyi, antes de entregarse a la policía justo antes de las elecciones de noviembre de 2020. Un sondeo denunciado por la junta como «fraudulento» y cuyo resultado, una victoria arrolladora de la LND, sirvió de pretexto para que los militares recuperaran el poder. Liberado por la junta en septiembre de 2021, Wirathu inicialmente mantuvo un perfil bajo, luego levantó la voz. Su regreso a la palestra coincide con el plan inicial de la junta, finalmente archivado, de organizar elecciones en agosto.

“Circulaban vídeos de las gargantas de Daech, nos decían que los musulmanes nos iban a invadir”, explica Hein Wai Yan, exintegrante de un pequeño grupo vinculado al monje Wirathu

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