En el efímero Grand Palais, la feria Art Paris va aún más arriba


Enorme, resplandeciente. Imposible perderse el Buda de Yan Pei-Ming en el stand de Rodolphe Janssen. El marchante bruselense exige 300.000 euros, seis veces más que el precio pagado en 2002, en la Feria Internacional de Arte Contemporáneo (FIAC), por un aficionado francés. En veintidós años, el pintor franco-chino, que seduce tanto a François Pinault como a Bernard Arnault, ha recorrido un largo camino. La feria Art Paris también. Sin perder su ADN, este encuentro ha ganado confianza, hasta el punto de que los marchantes ya no dudan en colgar allí obras cotizadas. Con razón: la galería Kaléidoscope ha encontrado un comprador para esta perturbadora obra Clase del Niño de los Muertos de Tadeusz Kantor, ofertado por unos 500.000 euros.

Había un lugar que ocupar desde la desaparición de la FIAC en 2022. Sin agotarse compitiendo con París+ a través de Art Basel, Art Paris quiere estar abierto pero anclado. “Representamos la voz francesa, que no es una voz chovinista”insiste su director, Guillaume Piens.

Los expositores franceses pueden defender allí a los artistas locales, sin miedo a parecer franceses. Las marcas regionales, como Oniris (Rennes) o Catherine Issert (Saint-Paul-de-Vence, en los Alpes Marítimos), no tienen por qué disculparse por no tener sucursales en Londres o Shanghai. Y, el día de la inauguración, las tarjetas VIP estarán disponibles para todos los coleccionistas serios, sin necesidad de acreditar varios millones de euros en compras como la “individuos de alto patrimonio neto”estos ultraricos cortejados en Miami, Basilea o Hong Kong.

“Ralentizar la mirada”

La nueva cosecha, inaugurada el miércoles 3 de abril con la visita de la ministra de Cultura, Rachida Dati, acoge por primera vez a Peter Kilchmann y Esther Schipper, dos famosos galeristas berlineses, también dos habituales de Art Basel, que están duplicados en París presentará una opción de vanguardia. Entre dos chaparrones, el visitante también podrá encontrarse con Michel Rein, veterano de la escena francesa, hasta ahora reacio. “Es el momento adecuado, porque Art Paris es el escaparate de una ciudad que ha vuelto a ser atractiva”confiesa el marchante, que presentó en su primera participación los refinados dibujos de Michele Ciacciofera y las eruditas pinturas de Agnès Thurnauer.

La galería Esther Schipper, en Art Paris, en el efímero Grand Palais, 3 de abril de 2024.

Para presentarlo al público, el historiador del arte Eric de Chassey compuso un paseo por la escena francesa, bajo el título “Utopías frágiles”. “Ha llegado el momento de frenar la mirada”, dice el presidente del Instituto Nacional de Historia del Arte, aconsejándonos mirar a los creadores que han sido desatendidos porque no pertenecen al catálogo de estándares del arte contemporáneo. El encanto de Art Paris es precisamente resaltar el trabajo único de Alice Bidault, 30 años, permaculturista, apicultora y artista afincada en Morvan. Su porcelana estampada con una mazorca de maíz de sus cosechas es presentada por el galerista Pietro Sparta, establecido desde hace mucho tiempo en Chagny (Saona y Loira).

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