Desde su elección en 2009, Ali Bongo ha sido un presidente controvertido, a quien todos los observadores atentos del país saben que fue derrotado por su antiguo amigo cercano André Mba Obame. En 2016, también fue necesario inflar sus resultados en la provincia de Haut-Ogooué, bastión de los Bongos, para poder superar a su rival Jean Ping por unos 5.000 votos. Esta vez las elecciones se celebraron a puerta cerrada. Ningún observador extranjero ha sido acreditado y ningún periodista extranjero ha obtenido un visado. Los medios France 24, RFI y TV5 Monde, muy seguidos sobre el terreno, fueron suspendidos. Finalmente, se cortó Internet. Por tanto, es difícil decir que estas elecciones se organizaron de forma transparente. Este es también uno de los argumentos que utilizaron los golpistas para justificar su golpe.