En los albores del verano, la gran deserción de los trabajadores temporales del turismo en Europa


Este verano, vas a esperar. Espera tu crepa. Espera en el aeropuerto. Espera en el hotel. Porque no habrá suficientes manos para servirte, no importa a dónde planees ir: de Colmar a Heraklion, de Puglia a Perros-Guirec, de Saint-Tropez a Sevilla y hasta Norteamérica, el turismo mundial occidental se refiere por la escasez de empleados de turismo, especialmente por la precariedad de los contratos de los temporeros y sus extenuantes tareas. Lo que fue absorbible durante los dos últimos veranos, debido a la caída en el número de turistas extranjeros, debería ser más difícil este año: todo indica que los europeos del norte retomarán su gran migración hacia el sol.

¿Qué encontrarán en las playas del Adriático, donde, en Emilia-Romaña, el 83% de los profesionales no encuentran personal? Y en las costas españolas, ¿dónde faltan 50.000 temporeros? Las mismas causas – conocidas desde hace mucho tiempo – los mismos efectos, cualquiera que sea el estado del mercado laboral o su modo de regulación: los profesionales de la hostelería constatan la falta de atractivo de su sector, la falta de personal cualificado y la dificultad para alojarlos.

Lea nuestro descifrado: Artículo reservado para nuestros suscriptores Logística, hostelería, construcción… La gran escasez de mano de obra en toda Europa

Los huecos en los horarios se traducirán en cierres puntuales, una demanda de mayor polivalencia de los empleados o una desorganización que podría afectar a la calidad del servicio, como ya ocurre en los aeropuertos de París, Londres o Ámsterdam. Este último caso es sintomático de un sector que prefirió desprenderse de parte de su plantilla durante la pandemia del Covid-19, a pesar de las ayudas puestas en marcha por los gobiernos. Pocos empresarios esperaban un repunte tan rápido de la actividad y algunos, por falta de visibilidad, prefirieron hacer lo que pudieron en el verano de 2020, sin volver a contratar a sus habituales temporeros. El sector del ocio fue el último en incorporarse tras la crisis, en un contexto general de escasez de mano de obra.

«No podemos pagar mejor»

Durante los periodos de cierre de cafeterías y puntos turísticos, los empleados de la hostelería y restauración se volcaron hacia otros sectores en tensión y “encontré que era mejor en otro lugar, mejor pagado y menos restrictivo”, subraya Pascal Pedrak, secretario general de la CFDT Ile-de-France, a cargo de hoteles, turismo y restauración. En Francia, el aumento salarial en el sector, que entró en vigor el 1ejem Abril, fue superado rápidamente por el del salario mínimo, debido a la inflación. Esa misma inflación que, paralelamente al reembolso de los préstamos garantizados por el Estado, limita el margen de maniobra de los restauradores, afectados por la subida del precio de las materias primas.

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