En París, las primeras multas para especialistas en “comercio rápido” como Flink


Dos primeras letras, por ejemplo. En la lucha armada iniciada desde 2021 entre el Ayuntamiento de París y los actores de la «comercio rápido» – aquellas empresas que prometen entrega de comestibles » en poco tiempo « pero cuyos funcionarios electos denuncian las molestias, y el riesgo que representan para el futuro de los centros de las ciudades- el envío, el miércoles 28 de septiembre, de dos cartas acompañadas de sanciones económicas a la empresa Flink abre un nuevo capítulo, más contencioso y legal, este tiempo alrededor

Para dos de sus direcciones parisinas, una ubicada en 9mi distrito, el segundo del 17mi distrito, el especialista alemán en envíos urgentes deberá pagar ahora una multa de 200 euros diarios al Ayuntamiento hasta que regularice su situación. Se le solicita reconfigurar en un local comercial transformado, sin autorización, en un mini-bodega -comúnmente llamado «tiendas oscuras» –, y desde donde parten los repartidores para entregar un paquete de patatas fritas o un tubo de pasta de dientes lo más rápido posible al citadino que tiene prisa. Esta semana salieron otras dos cartas similares.

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François d’Hautefort, director general de Flink en Francia, explica que no tiene, “en esta etapa elementos suficientes para (decidir)” sobre estos actos, pero dijo esperar «tener la oportunidad de participar en futuros intercambios con las autoridades públicas, y así contribuir a la construcción de un marco legal (…) propicio para el desarrollo» de su actividad. Por su parte, Emmanuel Grégoire, primer teniente de alcalde de París, anuncia una andanada de una cincuentena de cartas idénticas dispuestas a partir. El importe de la multa, con un tope de 500 euros diarios, se fija en función de la superficie y se limita a 25.000 euros por emplazamiento.

El ejecutivo confirma el estado de «almacenes»

Al hacer pública la existencia de estos decretos administrativos, el municipio parisino afirma que no quiere rescatar las arcas de la capital, pero reafirma su determinación de no verse abrumado por esta nueva actividad, como pudo haber sido en el pasado. tras la aparición de los alojamientos turísticos de Airbnb o la proliferación de los patinetes eléctricos. la comercio rápidocontraviniendo su visión de una ciudad viva, con vínculos sociales y los esfuerzos realizados por las autoridades públicas para revitalizar los centros urbanos, tuvo que ser frenada, explica Emmanuel Grégoire.

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El primer diputado primero intentó la mediación, advirtiendo a los interesados ​​que sus locales -almacenes, en lo que respecta a las normas urbanísticas de la capital- no respetan los textos, en particular porque están instalados al pie del edificio, o en espacios destinados para el comercio Un puñado de ellos entendió el mensaje y cerró la tienda. Pero la mayoría respondió al Ayuntamiento que no les correspondía a ellos moverse, sino a la legislación adaptarse a su modelo; el estado iba a cambiar todo eso, explicaron. Entendiendo que no cederían, el Ayuntamiento envió primero una serie de expedientes a la justicia. Y, al mismo tiempo, temiendo excesivas dilaciones legales, se apoyó en una ley de 2019 para intentar intervenir con sus propias herramientas legales.

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