En presencia de los rusos, reuniones del G20 golpeadas por la guerra en Ucrania


La estrategia estadounidense contra Rusia incluye desde hace dos meses un importante componente diplomático, más allá de las sanciones económicas y el apoyo militar a Ucrania. Se trata de hacer que Moscú sea poco frecuente a nivel internacional. Esto explica la decisión de la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, de boicotear varias reuniones multilaterales previstas para esta semana en Washington, como parte del grupo G20. Al negarse a cualquier vuelta a la normalidad, con vistas a la cumbre prevista para mediados de noviembre en Indonesia, la administración Biden quiere colocar a los Estados afectados ante sus responsabilidades. Pero ni China ni India la siguen en su deseo de convertir a Rusia en un paria. Y la presidencia de Indonesia se ha negado claramente a excluir a Moscú de las reuniones.

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La decisión de m.me Yellen, por lo tanto, parece esencialmente simbólica. La funcionaria estadounidense participó, el miércoles 20 de abril, en la sesión inaugural, en presencia de su homólogo ucraniano, Serhii Marchenko, invitado de excepción. Luego, cuando iba a intervenir por videoconferencia el ministro de Hacienda de Rusia, Anton Silouanov, Janet Yellen se levantó y salió de la sala, acompañada entre otros por la viceprimera ministra de Canadá, Chrystia Freeland, y el presidente del Banco Central Europeo, Cristina Lagarde. A la distancia, otros ministros y gobernadores de bancos centrales apagaron sus cámaras. Una vez más, estadounidenses y europeos querían presentar un frente unido contra Rusia. El Sr. Silouanov está en la lista de sanciones estadounidenses, como miembro del Consejo de Seguridad de su país.

Preguntado el 23 de marzo sobre una posible exclusión de Rusia del G20, el asesor de seguridad nacional estadounidense, Jake Sullivan, había adelantado la necesaria coordinación con los aliados de Estados Unidos. Añadió que no podía tratarse de una » lo de siempre para Rusia en las instituciones internacionales y en la comunidad internacional”. Al día siguiente, en Bruselas, el presidente Joe Biden precisó que, si la exclusión de Rusia del G20 «no se pudo hacer» Debido a la oposición de algunos estados, entonces Ucrania debería poder participar en las reuniones.

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Difícil consenso

A diferencia del formato G7, que reúne a países cercanos a Estados Unidos y muestra más cohesión, el G20 representa un foro más diverso y menos unificado políticamente, donde Washington no puede imponer fácilmente sus puntos de vista con sus aliados europeos. Tras la anexión de Crimea por Rusia en 2014, esta última quedó al margen del G8, que se convirtió en G7, pero no del G20, que estaba mucho más dividido sobre el tema. A pesar de la gravedad y escala de los crímenes de guerra cometidos por Rusia en Ucrania, los numerosos intercambios diplomáticos que han tenido lugar entre las capitales en las últimas semanas no han logrado llegar a un consenso.

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