En Sarthe, una familia campesina fabrica pajitas de centeno


En la familia Bourmault, con sede en Luché-Pringé, en el sur de Sarthe, se produce centeno desde hace décadas para alimentar a los animales de granja. Recientemente, sin embargo, el cereal ha encontrado otro uso: la producción de pajitas para beber. La iniciativa cobra impulso al mismo tiempo que transforma la vida de la familia.

Sobre otro objeto de la época: Artículo reservado para nuestros suscriptores Paja de plástico, flagelo de los océanos durante siglos y siglos

«Todo comenzó en 2019 con un mayorista que buscaba ramitas de centeno para hacer popotes»relata Cassandra Bourmault, de 28 años. “Acordamos suministrarlo, pero también necesitaba encontrar un transformador. » Graduada en agricultura y comercio, la futura presidenta de Végépaille olió entonces el potencial del proyecto ya que el plástico ya no estará autorizado a partir de 2021. Se ofrece a cuidar, con sus padres y su hermano, de la transformación de las hebras.

La joven descubre en el Somme (Ascodero) un fabricante capaz de diseñar una máquina que permita la industrialización del corte de la paja. Varios meses de ajustes y 700.000 euros de inversión después, la cortadora está operativa, en marzo de 2021, en uno de los galpones de la finca. Produce un número cada vez mayor de estos pequeños tubos para beber que miden entre 8 y 19 centímetros y que Végépaille vende al precio de diez céntimos de euro.

Solicitudes de mayoristas y residencias de ancianos

“Vamos a llegar a la producción de seis millones de pajuelas al año”sonríe el empresario, que ve el flujo de clientes. “Esto va desde particulares hasta tiendas grandes y medianas, incluyendo abarrotes. También tenemos solicitudes de mayoristas y residencias de ancianos”. Estos últimos aprecian las cualidades del producto, que «no capta el calor, a diferencia del acero inoxidable, y no se ablanda, a diferencia del papel».

Incluso llegan solicitudes del extranjero, pero la familia Bourmault está esperando poder responder. Végépaille ya ha contratado a seis trabajadores para garantizar la producción de su producto 100% natural. Además, la familia emplea a cuatro personas para echar una mano en las dos fincas. Cassandra, Philippe, Marylène y Primaël Bourmault contemplan el futuro con serenidad. También se prevén máquinas, contratación y nuevos productos para los próximos años.



Source link-5