En Sri Lanka, las iglesias se unen al movimiento de protesta


La ira popular que sacude a Sri Lanka se desborda por todos lados. Informados por las redes sociales, miles de manifestantes convergieron durante todo el sábado 9 de abril hacia Galle Face, en Colombo. Este exclusivo distrito de la capital, donde crecen modernos edificios y hoteles de lujo junto al mar, no lejos del palacio presidencial, es el símbolo de la dependencia de la isla de China y su enorme deuda. La deuda asciende a 51.000 millones de dólares (46,9 millones de euros), para este país de 22 millones de habitantes.

Armados con rudimentarios equipos, banderas nacionales, pancartas recortadas de cajas de cartón o simples hojas de papel, los manifestantes arribaron a primera hora de la mañana para blandir y corear a lo largo de la vía consignas hostiles al Presidente de la República, cuya renuncia exigen. En el camino, los conductores respondieron con un coro de bocinas. «Tengo que irme a casa», “Sri Lanka necesita líderes responsables”, “la patria no es tu propiedad privada”, “los corruptos en la cárcel” : la hostilidad de los manifestantes, alimentada por meses de privaciones, apunta a Gotabaya Rajapaksa, elegido en 2019 tras atentados mortales perpetrados contra iglesias y hoteles y atribuidos al grupo terrorista Estado Islámico.

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Los esrilanqueses, traumatizados, habían puesto su destino en manos de este hombre célebre por sus despiadadas operaciones contra los Tigres, durante la guerra civil que, durante veintiséis años, enfrentó a la mayoría cingalesa, principalmente budista, contra la organización separatista Liberation. Tigres de Tamil Eelam (LTTE), principalmente hindúes.

Todos los estratos de la sociedad

Se presentó como el hombre capaz de enfrentar los desafíos económicos y de seguridad que enfrenta el país. Instaló un verdadero clan familiar en la cúspide del estado, en particular su hermano Mahinda, nombrado primer ministro. “Yo voté por él en 2019, testifica un joven funcionario de treinta años. Lo lamento mucho, el país está sufriendo por su incapacidad y sus errores. »

Al final del día, fueron miles para llenar la vía y la explanada, junto al mar.El masivo movimiento de protesta alcanza ahora a todos los estratos de la sociedad, desde comerciantes hasta conductores de tuk-tuk, desde estudiantes hasta artistas, trabajadores y empresarios, castigado durante meses por una crisis económica y financiera sin precedentes en su magnitud. A la isla le falta de todo, combustible, medicinas, electricidad. Los habitantes son cada día más pobres, aplastados por una inflación galopante.

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