En Túnez, la revolución autocrática de Kaïs Saïed


Durante mucho tiempo, nadie lo tomó realmente en serio. Sus críticos lo consideraban, en el mejor de los casos, un dulce soñador, un amable idealista y, en el peor, un lunático peligroso. En ambos casos, apostamos por su inevitable normalización en el contacto con las realidades, el necesario compromiso político. Pero Kaïs Saïed es muy serio y seguirá adelante con su plan para reconstruir Túnez. Si una certeza hace falta en momentos en que su nueva Constitución es sometida a referéndum popular el lunes 25 de julio es ésta: el Jefe de Estado, elegido en 2019 por un voto «antisistema» antes de establecer un régimen excepcional en julio. 2021 otorgándole plenos poderes, pretende afirmarse como el constructor de una nueva era.

Siempre lo decía y lo escribía sin que le prestáramos demasiada atención. “La humanidad ha entrado en una nueva etapa de su historia”había profetizado durante la campaña presidencial de 2019. Él mismo se ve como el operador en Túnez de este «nueva fase»donde el pueblo soberano volverá a ser » actor » de su destino gracias “a nuevos instrumentos jurídicos” la «libertador» desde «pensamientos clásicos», los más destacados entre los que se encuentran «democracia representativa» en » bancarrota » y partidos politicos » muriendo «.

Su pensamiento político cristalizó en la efervescencia de los mítines en la plaza de la Kasbah

La solución, según él, está en un «construcción democrática desde abajo» derribando la tradicional pirámide de poderes. El modelo debe mucho a su proximidad, tras la revolución de 2011, con ciertos militantes marxistas, en particular Ridha Chiheb Mekki –alias Ridha “Lenin”– y la académica Sonia Charbti.

Porque su pensamiento político cristalizó en ese momento, en la efervescencia de los mítines en la Place de la Kasbah, sede del gobierno en Túnez, donde miles de manifestantes llegados del interior se habían movilizado contra los intentos de «pérdida» de la revolución por un antiguo régimen que no había abdicado francamente en ese momento. Desde entonces, Kaïs Saïed, profesor de derecho constitucional, ha madurado su proyecto alejándose de una élite académica que siempre lo ha despreciado y en contra de la escuela de pensamiento liberal que nutrió la experiencia parlamentaria posterior a 2011. » Tuvo el mérito de reflexionar con otros sobre un modelo político endógeno de Túnez y no importado de las democracias occidentales.explica Mohamed Ben Henda, un activista de izquierda de sensibilidad nacionalista árabe.

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