España introduce el requisito de «consentimiento explícito» para luchar contra las violaciones


España ha reforzado significativamente su legislación contra las agresiones sexuales, introduciendo la noción de «consentimiento explícito». Apodado «solo un sí es un sí», este texto era muy esperado y llega después de una violación en grupo que conmocionó al país en 2016.

España alza la voz ante las violaciones. El país ibérico endureció este jueves su legislación contra la violencia sexual al introducir la obligación del consentimiento explícito, una medida minoritaria en Europa y una respuesta del Gobierno de izquierda a una violación en grupo que había indignado al país.

Apodada «solo un sí es un sí», esta «ley de plena garantía de la libertad sexual» fue votada por el parlamento este jueves 25 de agosto con 205 votos a favor, 141 en contra y 3 abstenciones. El texto ya había sido adoptado en primera lectura en mayo, antes de que el Senado lo enmendara en julio, requiriendo una nueva votación antes de su aprobación final.

En adelante, el consentimiento debe ser “manifestado libremente por actos que (…) expresen claramente la voluntad de la persona”.

Esta decisión fue aplaudida por Irene Montero, ministra de Igualdad, del partido de izquierda radical Podemos, quien declaró: “Nuestro país consagra por fin en su ley que el consentimiento debe ser el elemento central de nuestras relaciones sexuales. Las mujeres ya no tendrán que demostrar que hubo violencia o intimidación durante una agresión para que se reconozca como agresión sexual.

Hasta ahora, las víctimas tenían que probar la noción de violencia o intimidación para lograr calificar una violación.

Esta ley finalmente pone el consentimiento en el centro de la calificación de violación.

Un caso que lo empezó todo

Es precisamente esta cuestión del consentimiento que había sido la piedra angular del llamado caso de “la manada” que inspiró esta ley. Se trataba de una joven de 18 años que fue violada en grupo durante las celebraciones de San Fermín en Pamplona, ​​en el norte del país. Luego, los cinco hombres filmaron sus acciones antes de compartir el video en un grupo de mensajería instantánea.

Este caso había conmocionado al país porque los protagonistas habían sido condenados a nueve años de prisión, y esto, no por violación, sino por “abuso sexual”.

Esta condena obedece, según los tribunales españoles, a la incapacidad de la víctima para probar la violencia o intimidación, que los hechos hubieran sido calificados como tales, siendo el abuso sexual un delito, las penas exigidas hubieran sido menos severas de lo que habrían sido en caso de violación comprobada.

Este juicio había llevado a miles de mujeres a salir a las calles, al grito de “te creo, hermana mía”. Estas protestas, que habían sacudido al país, tenían como objetivo endurecer la legislación sobre el reconocimiento de la violación.

Ante el clamor popular, el Tribunal Supremo había decidido recalificar los hechos como “violación en reunión”, aumentando las penas de los ahora violadores de 9 a 15 años de prisión.

Esta ley también trata el acoso callejero, una mejor educación emocional en el ámbito escolar y una mejor atención a las víctimas así como una mejor reparación de las mismas.

Las leyes de violación que incluyen la noción de «consentimiento explícito» siguen siendo minoritarias y solo se han adoptado en 12 países europeos.



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