Tsubame Industries es una startup de Japón cuyo modelo de negocio es construir mechs gigantes, acercándonos al futuro mech con el que he soñado desde que vi Mobile Suit Gundam cuando era niño. Lo ideal sería, sin embargo, con muchos menos crímenes de guerra.
El Archax es un robot de cuatro ruedas y 15 pies de altura. Su cabina cuenta con una serie de monitores que muestran video en vivo desde cámaras externas. Los pilotos pueden controlar los brazos y las manos del Archax en «modo robot» con un par de joysticks. Después de ver las imágenes, me recuerda más a un Armored Core con sus movimientos de tanque que a un elegante Gundam, que se mueve como un superhéroe de 4 pisos. Sin embargo, es impresionante.
También hay un ‘modo vehículo’ en el que este mecanismo de 3,5 toneladas se transforma en «modo vehículo» y puede moverse a velocidades de hasta *redoble de tambores* seis millas por hora.
«Japón es muy bueno en animación, juegos, robots y automóviles, así que pensé que sería genial si pudiera crear un producto que comprimiera todos estos elementos en uno», dijo a Reuters el director ejecutivo de Tsubame, Ryo Yoshida.
Dijo que quería «crear algo que dijera: ‘Esto es Japón'».
Tsubame tiene la intención de exhibir Archax en el Japan Mobility Show a finales de este mes. La compañía espera vender al menos cinco unidades, y el Archax aspira a utilizarse en casos de desastre o en la industria espacial. Sin embargo, debes preguntarte acerca de la duración de la batería: debe ser incluso peor que la de una computadora portátil para juegos.
Debo expresar un motivo de preocupación por un segundo: no estoy de acuerdo con todos los medios de comunicación que se refieren al Archax como un robot en lugar de un robot. Los robots, como R2D2, funcionan de forma autónoma, mientras que los mechs requieren pilotaje interno: fin de la perorata.
Por cierto, un Archax te costará 3 millones de dólares. Pero, sinceramente, ¿realmente se puede poner precio a un sueño?