EUROPA 1 Y TÚ – Cerca de Toulouse, un subastador ambulante recorre los pueblos


Pintado casi en su totalidad en azul medianoche, el Expertibus no pasa desapercibido en las plazas de los pueblos. Así, a cada paso, los habitantes llegan con los brazos llenos, libros, vajillas o baratijas, como Florencia, que llega con un cuadro firmado por un tal Sylvain Vigny. «Es un regalo de bodas», le explica al subastador.

Democratización

Para estimar su precio, “me fijo en su calidad, que no está nada mal, aunque sea en cartón”, continúa el experto. “En cambio tiene una costa pequeña, solo 40 euros. Así que te aconsejo que te la quedes”, concluye el hombre.

Florencia se va fija en el valor de su cuadro y encantada de que haya venido el experto, asegura. «Nunca hubiera ido a ver a un subastador sin que él viniera a mi pueblo», cree al micrófono de Europa 1. Un poco más allá, buena sorpresa para Caroline, que llega con siete botellas de Château Pétrus de 2006.

«Es informal aquí»

“Me gustaría intentar venderlos”, explica la mujer al subastador. “Por cada botella van a costar 1.500 euros, eso seguro. Y podríamos subir a 1.700, 1.800”, continúa el experto. Objetivo para Marc Labarbe que imaginó este expertibus: llegar a otro público no acostumbrado a frecuentar casas de subasta.

“Como dicen, aquí es casual. No hay pretensiones. Hay ganas de que la gente descubra lo que tiene. Hay gente que no sospecha el valor de lo que heredó, lo que se le ofreció”, explica el martillero. . La oportunidad también de ganar un poco de dinero para aquellos que deseen dejárselo a él para vender sus objetos en una subasta.



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