EUROPA EXCLUIDA 1 – El impacto psicológico de la inflación en los franceses


Inès Zeghloul y Geoffrey Branger, editado por Gauthier Delomez / Créditos de las fotos: Adrien Fillon / Hans Lucas / Hans Lucas vía AFP

Casi un tercio de los franceses tienen que vivir con cien euros al mes, una vez deducidos todos los gastos diarios. Esta es una de las conclusiones de un estudio sobre lainflación realizado por Ifop, y que Europa 1 te revela. Esto muestra que los franceses se aprietan el cinturón, literal y figurativamente. En detalle, más de una de cada dos personas ha reducido su gasto en alimentación en los últimos 12 meses. Además, los franceses comen menos: la mayoría de los encuestados admiten que se saltan las comidas con regularidad u ocasionalmente.

Además de las comidas, algunos renuncian al bienestar, al ocio, al gimnasio… Dos tercios renuncian a veces a ir a la peluquería, y el ahorro también se hace a nivel médico: las citas al médico se duplican probable que se informe como hace quince años.

Impacto en la salud mental

La inflación también repercute en la salud mental de los franceses, subraya este estudio de Ifop. El día 10 del mes, un tercio de la población se encuentra con un subsidio de subsistencia de 200 euros. Por lo tanto, los precios altísimos provocan ansiedad financiera, con ese miedo de no poder pagar las cuentas, de no salir con los amigos a un restaurante o al cine, por ejemplo. Todo esto trae consigo soledad, un sentimiento de degradación o angustia psicológica. Síntomas que llegan hasta pensamientos suicidas que, según el Ifop, afectan al doble a quienes se privan.

“Tenemos un poco más de miedo al futuro”

Al micrófono de Europa 1, los franceses hablan de las consecuencias de la inflación en su moral. «Todo ha aumentado: ha aumentado el ocio, ha aumentado el cine… Inevitablemente, vamos menos, pensamos más en lo que compramos, miramos más los precios, sobre todo por kilo. Pensamos diferente», explica un parisino. “Antes compraba poco en gran volumen, y luego apañábamos más o menos, y ahora contamos la cantidad de comidas”, sostiene un transeúnte.

Otro consumidor señala que compra “menos carne y menos pescado porque eso es lo más caro hoy en día”. “Le tenemos un poco más de miedo al futuro porque no sabemos de qué está hecho”, añade. «Voy un poco menos al restaurante», dice una parisina, que estima que va una vez al mes en lugar de dos. «Cuando salimos menos o cuando nos privamos a veces, nos pone un poco tristes», admite.



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