Explicación de los momentos más confusos de Videodrome


Entonces, ¿cuáles de las alucinaciones de Max eran reales y cuáles falsas? Bueno, es posible que todo lo que vivió Max fuera un delirio, pero hay varias cosas que parecen definitivamente reales y otras que casi con seguridad sucedieron dentro de la cabeza del protagonista. Sin embargo, no todos los momentos surrealistas son firmemente alucinatorios.

Uno de los primeros momentos inexplicables de la película, aunque no necesariamente surrealista, es cuando el profesor O’Blivion, supuestamente fallecido, se dirige a Max por su nombre. ¿Cómo supo su nombre si ya estaba muerto cuando su hija le dio la cinta a Max? Pues bien, la cinta parece haber sido imbuida del programa Videodrome, que dobla la realidad del espectador y la fusiona con la televisión. Entonces, si bien es posible que O’Blivion predijera la participación de Max en la conspiración, es más probable que Max se imaginara a sí mismo siendo abordado.

Por supuesto, la película da un giro brusco más adelante en esta misma escena, cuando Max se besa con la televisión. El cutre programador está completamente seducido por la sexualidad de la televisión. Es un momento metafórico importante y debe leerse como una alucinación, pero la línea entre la ilusión y la realidad se vuelve más borrosa a partir de ahí.

Cuando Max se mete un arma en la cavidad torácica, aparentemente por curiosidad perversa, elige la violencia casualmente. Ya sea que haya sido producto de la imaginación de Max o no, esta escena representa que su propensión hacia la oscuridad está permitiendo que programas violentos como Videodrome lo controlen y lo obliguen a asesinar a sus socios. El doble asesinato aparece en las noticias de televisión, aparentemente sin que Max lo sepa, lo que sugiere que fue real y no una alucinación. Sin embargo, el arma que tenía adherida al brazo podría haber sido su imaginación.



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