«¿Por qué? Porque eres mi hermano, duh. Tú harías lo mismo por mí —dice Jimmy, sabiendo que probablemente Chuck no lo haría.
La tragedia en el centro de la vida de Jimmy y Chuck es que ambos hermanos se aman, pero ninguno se gusta. Chuck correctamente ha identificado a Jimmy como un estafador terminal. Jimmy sabe que Chuck sabe lo que es. Y esa dinámica se convierte en una profecía autocumplida y arremolinada durante décadas que casi garantiza que Jimmy algún día se convertirá en el monstruo que ambos temen y, en última instancia, destruirá a su propio hermano.
Y sin embargo… todavía recoge las compras de Chuck. Porque lo ama. Y dondequiera que haya el más mínimo rastro de amor, alguien no está completamente perdido. Ese flashback, más que cualquier otro, informa lo que está por venir.
El fin de Saul Goodman
Ya basta del pasado y del final, ya sabes, el que quieres que te explique. A pesar del teaser del episodio final hilarantemente engañoso de AMC, Gene Takovic es capturado muy temprano en «Saul Gone». Gene en cautiverio, sin embargo, es cualquier cosa menos anticlimático. Ya sea que se llame Jimmy, Saul o cualquier otro, el hombre que la policía tiene bajo custodia es más peligroso en un entorno legal que en cualquier otro lugar. Y eso lleva a los primeros fuegos artificiales del episodio.
El fiscal invicto asignado al caso de Saul Goodman le informa a Saul que todos los cargos en su contra equivalen a cadena perpetua más 190 años. Pero como es un buen tipo y todo, le hará una oferta única de 30 años. Saul, sintiendo debilidad, saca a relucir su mejor artimaña hasta el momento.
Su triste historia sobre la amenaza de Walter White no convence a nadie en la sala de su inocencia. Pero como señala Saul… él no tiene que convencer a nadie en esa sala, solo tiene que convencer a un miembro del jurado hasta el punto en que se niegan a procesar y conducen a un jurado dividido. Con su abogado de nombre solo Bill Oakley (Peter Diseth) a su lado, Saul consigue un increíble acuerdo de culpabilidad que asciende a siete años y medio en la prisión federal más cómoda de su elección. ¡Es por eso que es mejor que llamen a Saul, gente!