El giro convincente de «Hidden» subvierte las expectativas del género zombie sobre villanos y héroes. Al revelar que la familia a la que hemos estado apoyando es en realidad a la que temen los Breathers, los hermanos Duffer sugieren que el bien y el mal son conceptos relativos. El público a menudo pasa por alto el hecho de que los zombis alguna vez fueron seres humanos y han sufrido una pérdida profunda; no sólo de sus familiares y amigos, sino también de ellos mismos. Al observar ambos lados, podemos comprender cómo un brote viral afecta a todos, no sólo a aquellos que intentan no enfermarse.
A través de los Breathers y la batalla de la familia por la supervivencia, «Hidden» muestra cómo la autoconservación puede sacar a relucir el lado más oscuro de la naturaleza humana. Los temas del miedo, la desconfianza y la ira hacia los demás durante una pandemia resuenan especialmente después de la COVID-19. La pandemia expuso un egoísmo generalizado, particularmente en Estados Unidos, donde las personas priorizaron sus propios intereses y se preocuparon poco por los medios de vida de los demás.
Los Breathers pretenden protegerse destruyendo Kingsville, pero esto plantea la cuestión moral de si destruimos a unos pocos individuos para preservar el conjunto. ¿Es necesario el sacrificio de innumerables familias para un bien mayor (proteger el virus para que no se propague por todo Estados Unidos) o podrían los infectados haber aprendido, como la familia de Zoe, a moderar el virus con un poco de autocontrol? La ambigüedad moral del final de «Hidden» sugiere que estas ideas son complejas y no existe una única respuesta correcta. «Hidden» rechaza las ideas preconfiguradas sobre el bien y el mal, incluso en emergencias de vida o muerte.
Al retratar personajes éticamente grises, los hermanos Duffer desafían el marco de terror de la luz versus la oscuridad. Tanto los Breathers como la familia de Zoe están luchando por mantenerse con vida, y tener empatía mutua podría ayudarlos a afrontar la crisis viral de una mejor manera.