Frédéric Chatillon: entre la dolce vita y los negocios, el exilio romano del exjefe de la GUD


Es un laberinto de callejones en tonos rosa, crema y dorado, un barrio excepcional en el corazón de Roma. Mirando hacia arriba, el paseante puede distinguir terrazas, donde se dan las fiestas más discretas y exclusivas de la capital italiana. Desde allí arriba se pueden contemplar siglos de historia: las cúpulas de las iglesias, la Catedral de San Pedro, el mármol blanco del Altar de la Patria y el Palacio de Venecia, en cuyo balcón Benito Mussolini arengaba a la multitud.

¿Quién sabe si Frédéric Chatillon estaba pensando en el “Duce” aquel día de octubre de 2014 cuando firmó el contrato de arrendamiento de su espléndido piso en este distrito? En cualquier caso, hace ya ocho años que este histórico amigo de Marine Le Pen, a veces considerado su eminencia gris, se instaló aquí junto a su compañera y socia, Sighild Blanc. Este empresario de 54 años supo consolidar allí sus vínculos con la ultraderecha local, pero también orquestar operaciones financieras tan específicas que llamaron la atención de la Unidad de Información Financiera (UIF) del Banco de Italia, una entidad anti- servicio de lavado de dinero responsable de las investigaciones preliminares sobre movimientos financieros sospechosos.

Lea la primera parte de nuestra investigación: Artículo reservado para nuestros suscriptores La «conexión GUD» sigue presente tras bambalinas de la campaña de Marine Le Pen

Para entender estas investigaciones, primero debemos volver a la carrera del Sr. Chatillon, inseparable de la de la Sra.me El bolígrafo. Ambos se conocieron en la Universidad de Assas Law en París en la década de 1990. El joven entonces dirigía el Groupe Union Défense (GUD), una asociación de estudiantes de extrema derecha. Lejos de ser un simple presidente de esta organización, la encarna, tanto en el espíritu (culto al cuerpo, práctica de las artes marciales, violencia, antiizquierdismo, gusto por la «provocación») como en el ascendiente que ejerce sobre sus pares. Fue él, el líder de la banda, quien hizo que la GUD tomara un giro llamado radical “antisionista” – él mismo también trabajaba en una librería distribuyendo escritos neonazis y neonazis.

El Proyecto Edda

Es en este contexto que el Sr. Chatillon teje una red de amistad que se convertirá también en una red de negocios, una especie de “negocio GUD”, en particular con dos personas: Jildaz Mahé O’Chinal y Axel Loustau. METROme Le Pen, en cambio, evoluciona en la periferia. Aunque no es miembro de la GUD, se hace amiga de Frédéric Chatillon. Hay que decir que a los «guardias» les gusta llevar la buena vida, lo que atrae a esta estudiante fiestera.

Los jóvenes en cuestión también tienen talento para los negocios. Así, Frédéric Chatillon lanzó Riwal, una empresa de comunicación que trabajó durante mucho tiempo para el Frente Nacional (FN), el antecesor del Rally Nacional (RN). El nombre de Riwal es conocido por la justicia francesa: está en el centro del asunto Jeanne, llamado así por el micropartido de Marine Le Pen, creado en 2010, donde se destapó un sistema de cobro excesivo.

Te queda el 79,5% de este artículo por leer. Lo siguiente es solo para suscriptores.



Source link-5