Dado que los fenómenos meteorológicos extremos inundan periódicamente nuestras ciudades costeras y queman nuestras comunidades rurales, Google, en su magnanimidad, ha desarrollado un nuevo conjunto de herramientas en línea que los funcionarios públicos y los organizadores comunitarios pueden utilizar en sus esfuerzos por evitar una catástrofe inducida por el cambio climático.
Google ya envía alertas de clima extremo a los usuarios en las ubicaciones afectadas, brindando información útil y fácil de entender sobre el evento a través de la página de búsqueda, ya sea una advertencia de tormenta de invierno, avisos de inundaciones, advertencias de tornados o lo que sea. La compañía ahora ha agregado alertas de calor extremo a esa lista. Buscar en Google los detalles sobre el evento devolverá todo, desde las fechas previstas de inicio y finalización de la ola de calor hasta los problemas médicos que se deben tener en cuenta durante el evento y cómo mitigar sus impactos. La compañía se está asociando con la Red Global de Información sobre Salud y Calor (GHHIN, por sus siglas en inglés) para garantizar que la información proporcionada sea precisa y aplicable.
Es mucho más fácil mantener cómoda a la ciudadanía cuando hace calor si las ciudades mismas no están sofocantes, pero nuestra relación amorosa con el hormigón urbano no ha sido capaz de lograr ese objetivo. Es por eso que Google ha desarrollado Tree Canopy, una función dentro de la aplicación Environmental Insights Explorer de la compañía, que «combina IA e imágenes aéreas para que las ciudades puedan comprender su cobertura actual de árboles y planificar mejor las iniciativas de silvicultura urbana», según el comunicado del miércoles.
Tree Canopy ya está en uso en más de una docena de ciudades pero, con el anuncio del miércoles, el programa se expandirá drásticamente a casi 350 ciudades de todo el mundo, incluidas Atlanta, Sydney, Lisboa y París. Google también ofrece una IA de diseño similar para ayudar a planificar la instalación de «techos fríos» que reflejan el calor del sol en lugar de absorberlo como lo hacen los techos de papel alquitranado de hoy.