El primer ministro de Grecia, Kyriakos Mitsotakis, dijo el lunes que buscaba una nueva votación el 25 de junio para obtener una mayoría gobernante, un día después de que su partido ganara las elecciones nacionales que no lograron un gobierno de partido único.
El partido conservador Nueva Democracia de Mitsotakis derrotó a sus rivales en la votación del domingo, con una ventaja de 20 puntos sobre su contendiente más cercano, Syriza, liderada por el izquierdista Alexis Tsipras.
Los votantes le dieron a los conservadores su mejor resultado desde 2007, y le dieron crédito al partido por haber devuelto la estabilidad económica a una nación que alguna vez se consideró rezagada en la UE.
«Conmoción y asombro», tituló el lunes el diario de izquierda Efsyn, resumiendo el sentimiento compartido por los votantes de Nueva Democracia y Syriza, mientras que el progubernamental Proto Thema señaló que el margen de dos dígitos fue el más amplio visto desde 1974.
El «terremoto político» aclamado por Mitsotakis llevó al mercado de valores de Atenas a su nivel más alto en casi una década.
Pero la victoria se quedó a cinco escaños de la mayoría absoluta, lo que dejó a Mitsotakis con la opción de buscar una coalición o convocar una nueva votación.
El graduado de Harvard de 55 años rechazó el lunes compartir el poder y le dijo a la presidenta Katerina Sakallaropoulou, quien le entregó el mandato para formar gobierno, que no era posible formar una coalición bajo la formación parlamentaria actual.
Grecia debería dirigirse a nuevas elecciones «lo antes posible», dijo.
Tras el rechazo de Mitsotakis, Grecia continuará con las mociones requeridas por la constitución, y el presidente luego entregará mandatos similares a Syriza y luego al partido socialista Pasok-Kinal, que ocupa el tercer lugar.
Las ofertas también están condenadas al fracaso, dado el resultado del domingo.
Horas después de la votación, Tsipras también preparó el escenario para una nueva votación y dijo que la próxima batalla será «crítica y final».
Eventualmente, un juez superior será nombrado primer ministro interino y convocará a nuevas elecciones.
– Estabilidad economica –
En el poder durante los últimos cuatro años, el ex consultor de McKinsey, Mitsotakis, dirigió al país a través de la pandemia que devastó la industria turística vital de Grecia.
Bajo su supervisión, el otrora dolor de cabeza económico de la UE ha disfrutado de un resurgimiento posterior a Covid, registrando un crecimiento del 5,9 por ciento en 2022.
Con la caída del desempleo y la inflación, y el crecimiento proyectado este año al doble del promedio de la Unión Europea, la perspectiva de Grecia estaba muy lejos de la agobiante crisis de la deuda hace una década.
Sin embargo, el mandato de Mitsotakis se vio empañado por un escándalo de escuchas telefónicas, así como por un accidente de tren que cobró 57 vidas en febrero.
Inicialmente, el gobierno culpó del accidente, el peor desastre ferroviario de la historia de Grecia, a un error humano, a pesar de que la red ferroviaria del país, notoriamente deficiente, ha sufrido años de falta de inversión.
Sin embargo, ni el accidente ni el escándalo de las escuchas telefónicas parecieron haber hecho mella en el apoyo de sus conservadores, quienes obtuvieron una victoria mucho mayor que la pronosticada por las encuestas de opinión antes de la votación.
A pesar de las protestas masivas que estallaron tras el accidente ferroviario, el ministro de Transporte de ese momento, Kostas Karamanlis, fue reelegido el domingo.
– Cambia el rumbo –
Según una nueva ley electoral que entra en juego en la próxima votación, el ganador puede obtener una bonificación de hasta 50 escaños. Con base en la actuación del domingo y ese cálculo, Nueva Democracia tiene prácticamente asegurada la victoria.
Es probable que la izquierda busque cambiar el rumbo haciendo campaña sobre los problemas del costo de vida que ocupan la mente de muchos votantes.
Pero el voto de centroizquierda sigue dividido entre Syriza y el partido socialista Pasok-Kinal, encabezado por Nikos Androulakis, de 44 años, un escollo para cualquiera de los dos partidos frente a una derecha consolidada.
Es poco probable que Tsipras enfrente un desafío inmediato por su papel de liderazgo en Syriza. Pero se enfrenta a un plazo ajustado para recalibrar su enfoque antes de las próximas elecciones.
A su ex ministro de finanzas inconformista, Yanis Varoufakis, le fue peor. Su partido contra la austeridad MeRA25 no logró cruzar el umbral del tres por ciento para llegar al parlamento.
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